De hojas en blanco y panza hueca he pasado varias semanas y ya tuve suficiente, mucho, sin poder tener cabeza, tiempo y corazón para plasmar mi sentir.
Me presiono mucho pensando en mi deber, en mi compromiso y sobre todo en el hecho de no soltar esto que me hace buscar hacer la diferencia en la vida de las personas, porque para mí eso es lo que le da sentido a la vida, mis compartires.
Esto perfectamente podría caber en la definición de éxito para mí y parecía ahora que lo había logrado, al estar dejándolo de lado.
¿Éxito? ¿para qué me sirve si siento que todo se derrumba, me roban, me chocan, me traicionan, me dejan, y mis planes empiezan a irse para todos los lados?
Es una interminable lista de sucesos que aparecen todos juntos sin razón aparente.
¡Pero si parecía estar en el mejor momento de mi vida! A gritos de oídos sordos, me caché una y otra vez pensándolo… sentía que estaba viviendo en una realidad de sueño en donde día tras día, sonreía y pensaba positivamente para atraer las famosas maravillas que le dan sentido a la vida.
Corte a: veo todo gris, y no hay más allá y sólo gris y más gris. Me imaginé saliendo de entre los escombros sacudiéndome el polvo, y así fue como decidí volver a escribir.
He notado que con el paso de los años mis formas de reaccionar al cúmulo de sucesos dramáticos en mi vida han evolucionado para bien. Y los últimos ocho años, ni se diga, logré romper el patrón. Antes en tiempos de tristeza podría deprimirme hasta tocar fondo; hoy el fondo lo veo desde varias perspectivas, me mantengo observadora e intento darle tiempo al tiempo.
Evolución me dijo alguien, yo creo que todo tiene que ver con las formas de recibir los momentos y empatizar con ello. La respiración es sumamente importante, la mejor herramienta y aliada en estos casos.
Aquí y ahora sólo tenemos este momento, y será nuestro solamente si así lo decidimos; si no, sólo lo dejaremos pasar, y vivir sin sentir es como estar muerto, así que aunque levantarse y sonreír a veces cueste y duela hasta los huesos, a veces, siempre es la mejor opción.
“Una vez que la tormenta termine no recordarás cómo lo lograste, cómo sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro que la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa sí es segura, cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entró en ella, de eso se trata esta tormenta”. Haruki Murakami.
Gracias por dedicarle a tu domingo tiempo para mi compartir, “ojalá alguno de estos renglones pueda dar a quien los lea un reflejo modesto de su angustia, de su esperanza”, Guadalupe Amor.
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