Los sueños sí se pueden hacer realidad, todo es posible, asegura Camila Valentina, antes de celebrar el Día del Niño.
Fotos: Víctor Briones
Aunque Camila Valentina Mascorro Burberg es una niña de 12 años que nació en la era digital y pertenece a la generación X, el tiempo con su familia y sus amigos es lo que más valora.
Tiene Facebook, pero reconoce que no lo utiliza tanto como Instagram y Snapchat. Las redes sociales son parte de su vida, pero los deportes también tienen su espacio, en especial el basquetbol, futbol soccer y salto de longitud en el que ocupa el segundo lugar intercolegial y el cuarto a nivel distrito escolar.
Actualmente cursa el séptimo año en B.L. Gray. Su materia consentida son las matemáticas. “No soy tan mala en esto, creo yo”, comenta. Pero la clase de historia no es su favorita, ya que no entiende el motivo por el cual tiene que estar aprendiendo tanto del pasado, prefiere el presente.
Sin dudarlo, afirma que asiste a la escuela no por obligación; le gusta aprender y compartir con sus compañeros.
Y así, de manera natural y espontánea, sin preocuparse tanto en las formas, aun con las responsabilidades propias de su edad, contesta a cada una de las preguntas, las que de cierta manera reflejan su forma de ser. Por cierto, su timidez es una característica que quiere cambiar, a pesar de que admite que le encanta salir a fiestas, es muy amigable y le gusta hablar mucho.
Sin discursos preparados ni falsas poses, Camila expresa con sus propias palabras lo que piensa y lo que de su corazón surge.
Al cuestionársele sobre lo que la hace feliz, no duda en asegurar que es su familia. Además, viajar a París, una ciudad en la que sueña estar algún día. Además prefiere Las Vegas, si le dieran a elegir entre ésta y un lugar de la naturaleza rodeado de jardines y lagos. ¿Su explicación? Muy simple. Porque hay más personas y le gusta conocer gente.
“También voy a ‘Giro’, nos juntamos muchas niñas y hablamos de Dios”, platica.
Menciona que se siente triste cuando fallece alguna persona, la inseguridad en México, y en específico los actos de violencia en las
escuelas de Estados Unidos.
Para Camila Valentina la familia es lo más importante en su vida. “Es muy chistosa, aunque estemos tristes no dejamos de sonreír. Siempre juntos, somos unidos”, indica.
Adora a sus papás, Marco y Dulce, a quienes considera sus héroes, pero le disgusta que son impacientes. Sus hermanos son: Marco, Mauricio y Ximena, además de Kassandra, con quien se lleva mejor.
“Con el más grande casi nunca hablo, porque me lleva diez años y vive fuera”, comenta.
EL FUTURO
Si bien el futuro es incierto para Camila, ha pensado ser terapeuta familiar. En contraste y dado su carácter tímido, no descarta la posibilidad de brillar en los escenarios como actriz, incluso admira a Zac Efron.
Las redes sociales forman parte de su mundo, pero en la escuela dedica 20 minutos de su tiempo a la lectura. En lo personal recomienda el libro: Twilight, una historia con un mensaje conmovedor: el amor no tiene límites.
Considera que México es un país muy bonito, pero hay mucha pobreza y se debe trabajar para hacerlo más seguro.
“Hay gente que tiene (dinero) de más, debemos repartir de lo que tenemos, si nos sobra compartirlo.… que todo sea más justo”, señala.
En cuanto al presidente Donald Trump reconoce que él quiere ayudar, pero comete errores en su forma de gobernar.
Nerviosa pero más desinhibida al final de la entrevista, sin pensarlo mucho afirma: “Los sueños sí se pueden hacer realidad, porque todo es posible”. Así que no dudaría que en un futuro no muy lejano pudiera ser realidad uno de sus mayores deseos: que haya paz en el mundo.