A unos días de haber celebrado el Día Mundial del Autismo y próximo a festejar el Día de las Madres, una carta de Victoria Marines de Garza al pequeño Adrián no podría ser el mejor regalo para ella. Un regalo, porque como ella misma lo expresa, le ayudó a transformar la manera en la que ve al mundo. Le enseñó a ser valiente y a confiar.
Adrián:
Al principio de este camino tan abstracto que se llama autismo, recuerdo que te abrazaba tan fuerte como si quisiera arrancar el diagnóstico. Después, aprendí a abrazarte porque solo eres tú, solo es Adrián y nada más.
Eres desde siempre el niño más feliz, y eso es lo único que me importa en la vida, mientras que tú lo seas, mi corazón va a seguir explotando de emoción y de amor.
Eres el niño más valiente, el más agradecido, el más emocionado cada que tienes que ir a terapia, a la escuela, o a cualquier actividad que te toque tomar por las tardes, y eso hace que todo este viaje sea un poco más ligero para mí.
Amas decirme por favor y gracias, porque eres el niño más lindo de todos. Y claro que hay un antes y un después desde aquella noticia, en medio de tanta confusión y miedo que pude llegar a sentir, ahí estabas tú, siempre con esa hermosa sonrisa y desbordando felicidad me enseñaste que aunque me sentía a la deriva, era momento de tomar el timón de este barco, y así con tu luz me enseñaste a confiar y a ser valiente.
Desde ese día no he dejado de sorprenderme de lo que juntos podemos lograr. Ha sido un viaje increíble, con días buenos y otros no tanto pero cada día sea como sea, no he dejado de aprender de ti.
El miedo sigue ahí y sé que me acompañará siempre, pero ahora es un viaje lleno de esperanza con destino muy diferente al que esperaba, pero el cual no me deja de impactar lo hermoso que puede llegar a ser.
Ahora te abrazo tan fuerte como aquel primer día, pero ahora solo puedo agradecer.
Quiero que sepas que aunque el mundo puede ser un lugar duro y te vas a enfrentar a miles de retos, la mano de mamá siempre va a estar para sostenerte y ayudarte a brincar cada uno de tus obstáculos… ¡Vaya que llevamos muchos que hemos logrado superar y los que nos faltan!
Algún día, en algunos años, sé que vamos a voltear hacia atrás y veremos juntos el camino que hemos recorrido, los montones de terapias, las comidas exprés en la camioneta para alcanzar a llegar a la clase, las citas, los triunfos, el dolor en el corazón, la fuerza, las lágrimas, las sonrisas, las incertidumbres, los cambios, el miedo, la aceptación… y juntos vamos a agradecer y a sonreír porque nos daremos cuenta que todo habrá valido la pena.
En este momento de la vida en donde hemos recorrido ya bastantes cosas juntos, me doy cuenta que tú eres el que me estás enseñando a mí: transformaste la manera en la que yo veo al mundo.
Solo deseo que la vida te siga poniendo a buenas personas en tu camino, para que así como lo haces conmigo tengan el privilegio de aprender de ti, y que puedan ver lo hermoso que es tu corazón.
Te amo tal cual eres, amo tu esencia y esa gran chispa que tienes en tus ojos, eres el niño más perfecto que vino a ponerle a mi vida ese toque de dulzura y valentía, porque sin ti jamás me hubiera dado cuenta de lo que soy capaz de hacer.
Te veo y solo puedo admirarte, no te cambiaría absolutamente nada, me siento orgullosa de ti siempre.
El día de hoy estoy convencida de que juntos somos y seremos el mejor equipo siempre.
Te amo desde lo más profundo de mi ser. ¡Por ti, puedo mover planetas!
De: Mamá