• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
  • Saltar al pie de página

Edición Impresa

Top

Top

La Revista

  • Sociales
  • Eventos
  • Entrevista
  • Reportaje
  • Espectáculos
  • Columnas
  • Edición Impresa

Psicólogo de estrellas y campeones (Atendiendo la indigestión del alma)

10 de febrero de 2021 por Susana Valdés Levy

Susana Valdéz Levy A FIN DE CUENTAS

Susana Valdés Levy
A fin de cuentas

Aunque parezca que muchos finalmente deciden atender sus heridas emocionales y sus problemas de salud mental luego de que han sufrido una estrepitosa derrota, un gran fracaso, una irreparable pérdida o una experiencia desgarradora, la verdad es que un nuevo capo de la psicología moderna es la terapia para campeones. Y es que el llamado “éxito” como lo entendemos en esta sociedad postmoderna, resulta no solo engañoso, sino que puede ser terrorífico para quien lo vive; especialmente si el éxito es demasiado repentino y abrumador. Tanto es así que muchos que alcanzan esas cumbres de lo que en nuestros tiempos llamamos “éxito”, terminan por encaminarse directamente a su autodestrucción lenta o instantánea, aun cuando se encuentran en la cúspide de su gloria. ¿Se habría podido salvar la vida de Elvis Presley, Michael Jackson, de Kurt Cobain, de Jannis Joplin, de Len Bias, de Marylin Monroe y de tantos otros?

El llamado “éxito rotundo” que experimentan muchos deportistas, artistas, figuras públicas y otros “genios” en sus respectivos campos de actividad suele cambiarles la dinámica de la vida de forma tan radical que resulta muy difícil de digerir. Tan difícil de asimilar como sería un fracaso total, una pérdida tremenda o una desgracia infame. Es como si los extremos se juntaran aquí. Por ese motivo, la terapia para campeones es indispensable durante el tiempo en el que se alcanza el llamado “éxito”; precisamente durante el tiempo en el que la vida y el estilo de vida están cambiando tanto. El problema en realidad es que nuestra idea postmoderna de “éxito” o “fracaso” es totalmente ilusoria, falsa y sin fundamento y, por lo tanto, nos resultan indigeribles emocionalmente.

Dice el monje budista Thich Nhat Hanh que “muchas personas buscan la felicidad en el exterior, pero la verdadera felicidad debe surgir del propio interior. Nuestra cultura nos dice que la felicidad se obtiene poseyendo grandes cantidades de dinero, mucho poder y una elevada posición social… Pero, si observamos detenidamente, veremos que muchas personas ricas y famosas no son felices. Muchas de ellas se suicidan. Sucede que todas esas cosas, lejos de darles libertad las restringen o los esclavizan. Las posesiones no los hacen libres de formaciones mentales, ni de la ira, la desesperanza, la envidia o la ignorancia —dice el monje. Al contrario, los hace presas de personas oportunistas, de tentaciones perniciosas, de los excesos, de engaños y de su propia soberbia y falsa sensación de grandiosidad.

Mantener la cordura en las alturas, no “marearse en un ladrillo”, mantener el equilibrio emocional y la humildad que nos hace humanos en medio de los falsos halagos, las lisonjas de los aduladores, la hipocresía de los interesados, los lujos y las excentricidades, la fama y la fortuna es difícil, aturdidor y confuso si no se trabaja en la salud mental. Miles de años han pasado desde que Jesús de Nazaret dijo: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:25). Y aún no hemos aprendido.

Categoría: Columnas

Footer

Síguenos en:

TOP · Derechos Reservados 2020 ©

Nuestros Sitios

  • Hora Cero Web
  • Hora Cero Tamaulipas
  • Hora Cero Encuestas
  • Hora Cero Nuevo León
  • Revista Top
  • Revista Doctors

Sitios de Interés

  • El Universal
  • Diario Milenio
  • El Mañana de Nuevo Laredo
  • El Diario de Laredo
  • El Norte
  • La Jornada
  • En Río Bravo
  • La Prensa

  • Sociales
  • Eventos
  • Entrevista
  • Reportaje
  • Espectáculos
  • Columnas
  • Edición Impresa