Tras largos años de ausencia, la legendaria banda de rock mexicano, “Caifanes”, llega al Valle para ofrecer dos horas de concierto ante un público eufórico y entregado de principio a fin. Al filo de las 20:30 horas aparecieron en el escenario Saúl Hernández (voz y guitarra), Sabo Romo (bajo), Diego Herrera (teclados y saxofón), Alfonso André (batería y percusiones) y Rodrigo Baills (guitarra) ante los gritos de cinco mil 500 almas que estremecieron la State Farm Arena el 21 de mayo. Mientras se escuchaban los acordes musicales de “Para que no digas que no pienso en ti”, los integrantes de “Caifanes” marcaron la pauta de lo que sería una noche inolvidable para los seguidores que les han permanecido fieles durante 30 años. El repertorio continuó con “Miedo” y “Viento”, tema con el que Diego Herrera tocó con maestría el saxofón. El vocalista del grupo resaltó los problemas que aquejan a México, como son la ola de violencia, secuestros, asesinatos, violaciones, corrupción en todos los niveles y tráfico de drogas, como preámbulo para cantar “La vida no es eterna”. Siguió con los temas: “Cuéntame tu vida”, “Piedra” y “Mátenme porque me muero”. A propósito de las elecciones que se desarrollarán en el país el próximo 5 de junio, Saúl invitó a los asistentes a razonar su voto y elegir a los gobernantes que ellos decidan sin permitir que se los impongan, para dar paso a “Antes de que nos olviden”. El set list de la velada continuó con “Dioses ocultos”, “Detrás de ti”, “De noche todos los gatos son pardos”, “Aviéntame”, “Metamorféame”, “Amanece”, “Perdí mi ojo de venado” y “Nubes”, canción con la que se despidieron no sin antes recibir la ovación del público. Al grito de “otra”, “otra”, regresaron para cantar: “Quisiera ser alcohol”, “Será por eso”, “Afuera”, “No dejes que”, “La célula que explota” y “La negra Tomasa”, éxito que le dio fama al grupo a principios de 1987.
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