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Reconocen su liderazgo

22 de febrero de 2016 por Gabriel García

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La fundación filantrópica creada por el co-fundador de la empresa Microsoft, Bill Gates, otorgó una beca a cada uno de los hermanos González por su grado de estudios, liderazgo y rol en la comunidad.

Nelson, de 21 años de edad, cursa el cuarto y último grado de universidad con especialidad en salud pública. Planea ir a la Escuela de Medicina a estudiar la carrera de médico cardiólogo.
Néstor, de 20, estudia el segundo año de terapia ocupacional aplicada a niños.
Y Briana, de 19, estudia el primer año de universidad con especialidad en psicología. Quiere ser enfermera orientada a atender a niños enfermos de cáncer.
Los tres son hermanos y comparten además de los lazos de sangre el honor de haber sido elegidos por The Bill Gates Foundation para aprovechar los beneficios de la beca The Gates Millenium Scholarship.
Más de 50 mil estudiantes aplican anualmente para esta beca y los hermanos González tuvieron la suerte de ser seleccionados como producto de su esfuerzo y dedicación.
Este programa de becas fue creado en 1999 por la fundación con el objetivo de ofrecer oportunidades de estudio a los estudiantes de minorías, pues no distingue raza, ni género.
“La aplicación para esta beca se basa en tres aspectos fundamentales: qué experiencia tienes involucrado con la comunidad, el grado de estudios y qué experiencia tienes como líder”, comentó Nelson, el mayor de los hermanos.
Los tres radican con sus padres
Arnulfo y Raquel González en Edinburg, pero sus deseos de superación los llevaron a las ciudades de Austin y
Lubbock, Texas.
Nelson explica que uno de los requisitos para aplicar para la beca es escribir ocho ensayos en los que se deben especificar las actividades realizadas en la preparatoria, así como las de carácter voluntario, además de la recomendación de dos maestros. “Era una aplicación muy extensa”, dijo.
Nelson ingresó su solicitud en 2012, Néstor en 2013 y Briana en 2014.
“Cada uno aplicó individualmente y nadie sabía que éramos hermanos, pues entre tantos solicitantes con el mismo apellido difícilmente nos relacionaban como familia, además los tres lo hicimos en años diferentes”, agregó Néstor.
Esta beca cubre todos los gastos derivados de cualquier universidad que elijan, además de otorgarles una cantidad de dinero extra para la realización de viajes durante el verano.
“El mayor beneficio de la beca es el económico. Nos cubre las colegiaturas de la universidad, los libros y la estancia en el apartamento. El dinero para los gastos universitarios la fundación lo deposita en la cuenta de la escuela y ellos nos lo proporcionan, mientras que el dinero extra se deposita en nuestras cuentas bancarias personales; sólo nos piden que lo administremos bien. La beca es del cien por ciento y cubre hasta diez años si al concluir la universidad deseamos estudiar una maestría o doctorado. Pero hay casos específicos como el mío que deseo ser doctor o como el de Néstor, que quiere ser terapista, que la beca no cubre la escuela médica por ser profesiones bien pagadas”, continuó Néstor.
Los hermanos han alcanzado un promedio de calificación de 4.0, que es considerado como un grado perfecto.
Si bien sus objetivos pueden parecer elevados, Nelson, Néstor y Briana se han consolidado como excelentes estudiantes en sus respectivas escuelas, lo que les ha permitido mantener con
orgullo su beca.
“El promedio mínimo para mantener la beca es de 2.0. Pero una vez que la tienes es muy difícil perderla. La razón por la que nos la dieron es porque hicimos ocho ensayos, tomaron en cuenta nuestros grados en high school y cuando ven que vamos bajando en grados cada semestre los mentores nos contactan para brindarnos apoyo emocional o del tipo que se requiera. Aunque en México se necesita un nueve como mínimo para obtener una beca, en Estados Unidos los grados normalmente son más bajos porque son competitivos”, comentó Briana.
Una de las mayores motivaciones de estos tres estudiantes es alcanzar el éxito académico y este sirva de ejemplo para las generaciones que vienen detrás.
“Otro de los beneficios que nos da la beca es la oportunidad de hacer conexiones con otras personas en común, con quienes intercambiamos experiencias sobre las diferentes áreas de estudio y de alguna manera nos ayuda esta retroalimentación porque en un futuro cuando tengamos recursos económicos y estemos lo suficientemente preparados, podremos ayudar a otras personas que como nosotros desean ser profesionistas”, agregó Néstor.
Durante las vacaciones de verano los González han viajado a diferentes destinos, donde han podido enriquecer aún más su preparación.
“Después de mi primer año en la universidad estudié genética y civilización española durante dos meses en Santander, al norte de España. Mientras estaba allá, como es muy barato viajar en avión, un fin de semana pude ir a Roma y a París y todo se lo debo a la beca. Como deseo ser médico, hay un programa que te lleva a lugares de Centroamérica para proveer ayuda médica a muchas áreas que carecen de ella y en abril de 2015 fui a República Dominicana, donde pude participar en este programa”, explicó Nelson.
También realizó estudios de investigación en células tratando de buscar mejores propiedades para el uso médico en antibióticos.
“Otro de los estudios realizados fue enfocado a zonas populares hispanas de Austin, pues vimos que una de esas áreas tiene altos niveles de estrés y depresión y quisimos analizar el por qué”, dijo.
Para Néstor el factor tiempo ha sido importante, pues la beca le ha permitido realizar estudios sobre niños con discapacidad como el autismo y de qué manera poder interactuar con ellos para ayudarlos a desarrollarse e integrarlos a su familia.
Por su parte Briana en su primer año de becada hizo un viaje de tres días a California, donde convivió de cerca con otros estudiantes.
“Realmente me sirvió mucho ese viaje porque aprendí mucho de otros compañeros becados. Platicamos de nuestras metas en común y me dieron tips que me servirán para el mejor desempeño de mis estudios. Además logré conocer personas con las que intercambié opiniones sobre la enfermería, que es el área que me interesa”, dijo.
La beca The Gates Millenium Scholarship de The Bill Gates Foundation año con año atrae la atención de miles de estudiantes que aplican para obtenerla, pero pocos son los afortunados en ser elegidos.
Para Nelson, Néstor y Briana el camino no ha sido fácil. Debido a la situación económica que enfrentaron sus padres hace algunos años, los hermanos tomaron la decisión de aplicar para diferentes becas buscando hacer más ligera la economía familiar, sin imaginar que los tres serían aceptados por la fundación del padre de Microsoft Windows: Bill Gates.
“En mi penúltimo año de preparatoria apliqué para varias becas. Siempre supe que quería ser doctor y estaba consciente de que no había posibilidad de que mis papás cubrieran los gastos universitarios. Una de mis consejeras en la escuela vio uno de mis ensayos para la universidad y me sugirió que aplicara para la beca de Gates. Tardé alrededor de una semana en llenarla, la mandé en enero y tres meses después me notificaron que fue recibida. Cuando nos hacen el aviso eso significa que somos dos mil estudiantes finalistas de 56 mil hispanos y americanos que aplicaron para la beca”, explica Nelson.
Dadas las circunstancias Néstor y Briana decidieron seguir los pasos de su hermano y aplicaron para la beca que grandes beneficios y satisfacciones les ha dado.
Su madre, Raquel González, comenta que su esposo Arnulfo tenía un buen empleo como ingeniero en la industria maquiladora. Pero seis años atrás cuando el sector automotriz fue golpeado por la crisis económica, a los pocos meses hubo un despido masivo en el que su marido se vio afectado.
“El estaba en la nómina americana y por ende despidieron al personal que ganaba más dinero. En ese tiempo él se vino a Estados Unidos y la opción que tenía para buscar trabajo era en Dallas o en San Antonio, pero nosotros decidimos quedarnos aquí por la cuestión de la familia. Como el sueldo de mi esposo y el mío era muy bajos, no podíamos costear los estudios de los muchachos, pero gracias a nuestro trabajo pudimos comprar la casa y no tenemos deudas”, dijo.
La señora González explicó que gracias a la situación económica de entonces sus hijos calificaron para la beca, pues si hubieran reportado un sueldo alto ellos no habrían sido aceptados, ya que un aspecto que considera la beca, además de los grados y de la contribución a la comunidad, es la entrada monetaria.
“Tanto para mi esposo como para mí la beca significa una triple bendición que Dios nos dio para que mis hijos tengan la oportunidad de estudiar y ayudar a su comunidad”, agregó.
Sin influir en sus decisiones sus
padres, los hermanos optaron por estudiar la medicina aunque en distintas ramas.
“En mi primer año de preparatoria supe que quería ser doctor. Siempre me interesó la biología, el funcionamiento de las células y cómo algo tan pequeño afecta a un cuerpo grande. En un viaje que realicé a la República Dominicana reafirmé el deseo de ser doctor al ver que muchas personas necesitan ayuda. Y actualmente en Estados Unidos hay muchas áreas desproporcionales en cuanto al número de doctores especialmente hispanos y me gustaría hacer la parte que me toca”, comentó Nelson.
Néstor desde un principio quiso estudiar terapia física, que es un poco diferente a la ocupacional. La primera trata la rehabilitación para el movimiento de todo el cuerpo, mientras que la segunda se enfoca en detalles más pequeños.
“Mi deseo es trabajar con niños específicamente y algunos padecen autismo o Asperger, que les impide realizar movimientos simples. Mi deseo nació después de ver a una terapista que hablaba con los niños de un modo muy personal. Llegas a conocer a fondo al paciente y te relacionas con él de modo que creas una relación que va más allá de una simple visita médica, además de que le ayudas a vivir mejor”, explicó Néstor.
El caso de Briana es similar, pues desde que estaba en el segundo año de preparatoria asistió como voluntaria al Reinassance Hospital.
“Había un área para niños con cáncer que me llamó la atención y a pesar de que me advirtieron que podría presenciar la muerte de alguno no me importó, ya que me gustaba convivir con ellos. Desde entonces quise ser enfermera para atender a los niños con cáncer”.
No todo es estudio en la vida de los hermanos González. Cuando su tiempo se los permite, les gusta divertirse como cualquier muchacho de su edad.
“Me gusta mucho andar en bicicleta. En Austin hay lugares muy bonitos para pasear a los alrededores. También estoy muy involucrado con la comunidad y cada viernes acudo a un asilo de ancianos para convivir con los abuelitos”, precisó Nelson.
Néstor invierte su tiempo libre como voluntario.
“El semestre pasado hice cerca de 150 horas y me gusta mucho porque regularmente se lleva a cabo en clínicas para niños o también realizamos actividades para recaudar fondos para ellos.
“A mí me gusta ir de excursión y participo en dos organizaciones que hacen voluntariado para niños”, refirió Briana.
Además les gusta la música y la lectura. Nelson admira a The Killers; Néstor gusta de la música alternativa, más acústica y Briana escucha gospel a
través de Pandora (app de música).
A Nelson lo atrapa la lectura relacionada con lo que estudia.
“Recientemente leí un libro que se llama The Hudson que habla de cómo se transmiten muchas enfermedades, especialmente las más grandes del mundo como el Sida o el ébola. Uno de mis autores preferidos es Ayn Rand”, dijo.
Néstor es atrapado por los libros con pasajes cortos de poesía. “Ken Arkain es un poeta que me gusta mucho como escribe”, comentó.
A Briana le gustan las historias que abordan los esfuerzos que hace la gente humilde para tener una vida mejor.
Nelson, Néstor y Briana González desean a todos los estudiantes el mejor de los éxitos en su futuro profesional. Y los exhortan a buscar las oportunidades.
“No se desanimen en el intento. Siempre es posible obtener una beca si tienen fe y ponen todo su empeño en conseguirla. Cada uno conoce sus fortalezas y es importante que lo demuestren en sus ensayos a la hora de aplicar para la beca que sea. No se trata de demostrar que eres el más inteligente, sino por qué debes ser merecedor de la beca”, concluyó el mayor de los hermanos.

ENFOCAN SU TALENTO EN LA SALUD

Nelson actualmente cursa el último grado de universidad con especialidad en Salud Pública y continuará su carrera de Medicina en la especialidad de médico cardiólogo.
Néstor, por su parte, estudia el segundo año de terapia ocupacional aplicada a niños, mientras que Briana ingresó al primer año de universidad donde realizará una especialidad en psicología. Quiere ser enfermera orientada a atender a niños enfermos de cáncer.

ahernandez@revistaclase.com
Tels. 929.75.85 al 87. Ext. 106

Categoría: Entrevistas

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