
Compartir una buena comida es mucho más que saciar el hambre; es el momento perfecto para ponernos al día, continuar una conversación pendiente, celebrar la vida o simplemente hacer una pausa en medio de la rutina.
En nuestro recorrido por Mediterrané y Ñañas, nos dimos cuenta que en estos restaurantes no solo sirven comida deliciosa, sino que son espacios donde nacen nuevas conexiones, donde las risas y la alegría se mezclan con los sabores y donde cada festejo especial deja una huella en el alma.
