POR CYNTHIA ROBLES WELCH
Antes de empezar esta columna, le di muchas vueltas a la forma de cómo iba a introducir a mi amiga, colaboradora y mujer que admiro, Yanel González, mamá, mujer que promueve el bienestar en los niños a través de la educación y miembro del equipo de @ATENTAMENTE. Sucedió que Rocco pateó a su gato porque no lo quería cerca cuando él cenaba, eso me recordó un episodio vivido hace unos meses con un familiar cercano y al que el niño considera una figura. Este pateó a nuestro gato porque se defendió, motivo por el cual, quizás Rocco repitió su misma forma de actuar.
A veces no logramos entender que nuestros hijos son un reflejo de nuestros actos, así que me puse a reflexionar acerca de lo que significa la responsabilidad, la empatía y la compasión y, para ello, les comparto esta interesante reflexión de Yanel.
Eran como las nueve de la noche y estaba sentada en el suelo arrullando en mis brazos a mi hija, que en aquel entonces tenía un año. Ella ya estaba dormida y yo seguía disfrutando el solamente tenerla conmigo, tranquila, segura, calientita, en paz, sin miedo.
En mi mente empezaron a brotar estos deseos: ojalá siempre pueda estar así, segura, sin sufrir y que yo pueda ayudarla a conseguirlos.
En eso, mi mente (y me imagino que mi corazón) se abrió para compartir este mismo deseo con todas las madres
y padres.
Me di cuenta que de esto se trata la compasión, del deseo de que todos podamos estar libres de sufrimiento, de lo que nos hace sentir mal, de los miedos, de las preocupaciones y angustias, de lo que nos duele o nos daña.
Compasión, según Keltner y Goetz, es la emoción que uno experimenta al sentir preocupación por el sufrimiento de otro y el deseo de aumentar su bienestar.
En cuanto a la empatía, sólo refleja el sufrimiento de otro, la compasión tiene la intención de aliviar el sufrimiento, en la lástima hay un sentimiento de superioridad y en la compasión un sentir con el otro.
En estos tiempos, muchos podrían pensar en la compasión como una propuesta poco realista, desconectada de la realidad, incluso ingenua. Algunos otros, considerarían que no es una característica de nuestra sociedad o del ser humano de esta época, sin tomar en cuenta los postulados de Darwin que establecen que la compasión es un rasgo evolutivo del ser humano.
Así, la supervivencia de nuestra especie ha dependido del cuidado que los mayores dan a sus pequeños..
La compasión nos abre el panorama, nos hace menos egoístas y promueve el deseo de ayudar al otro. ¿Será la compasión relevante hoy en nuestra sociedad? El Dalai Lama dice: “El siglo XXI será compasivo o no será”. ¿Tú, qué piensas?
La compasión es una habilidad que se entrena, afirma la neurocientífica Tania Singer. Diferentes estudios demuestran que el cultivo de la compasión promueve emociones positivas, aumenta la empatía y las actitudes prosociales, además de que disminuye el estrés.
En esta base, la universidad de Stanford creó el entrenamiento para el cultivo de la compasión. Este entrenamiento se realizó en abril por parte de la asociación civil AtentaMente Consultores. Si te interesa conocer más de este programa puedes escribir a: [email protected]
Para mayor información
sobre el tema:
En el 90.5 de FM, Radio Udem. Busca la estación en Google
para escucharla en línea.
Facebook: La Mamá de Rocco, Cynthia Robleswelch.
Twitter: @lamamaderocco
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Robleswelch.