Los suplementos alimenticios son compuestos de vitaminas, minerales y proteínas que pueden tener algunas yerbas y extractos de plantas para complementar la alimentación.
Entre tantos, existen algunos para aumento y reducción de peso.
Cada uno cumple con una función específica y debe adaptarse a cada caso, si se trata de un hipertenso, diabético, niño, adulto o mujer embarazada.
Esto es que de acuerdo al expediente clínico de la persona se le recomienda el que se ajuste a sus necesidades.
“Realmente no podemos darle un efecto mágico, nos van a ayudar junto con una buena alimentación a que esté completa, pero nunca van a sustituir el efecto de un alimento”, dijo la nutrióloga Claudia Munguía.
Explicó que su función radica en complementar una dieta, es decir, si alguien tiene una deficiencia con determinada vitamina, le ayudará a cubrir más rápido esa deficiencia.
“Muchas veces no se pueden absorber completamente los alimentos o la manera en que son combinados no permiten una absorción total. El suplemento va a ayudar a que la ingesta calórica recomendada de ciertas vitaminas y minerales sea completa”, dijo.
Mencionó que el consumo de suplementos alimenticios debe ser muy personalizado.
“Pueden tomarlos desde niños, adultos, embarazadas, ancianos… pero siempre tienen que estar bajo la supervisión del médico o del nutriólogo”, comentó.
Además, dijo, no es recomendable automedicarse con vitaminas y suplementos alimenticios, pues su venta no está regulada y se pueden conseguir fácilmente.
De hecho, agregó, ni siquiera requieren una licencia sanitaria. Se hace la vigilancia cuando ya están circulando y la mayoría de las veces no cumplen ni siquiera con el etiquetado normal solicitado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Recomendó tener cuidado con los que se consumen, ya que si contienen anfetaminas, efedrinas y algún extracto se convierte en medicamento, y eso es lo que no se ha controlado.