Taylor Swift se encuentra actualmente bajo el ojo de fanáticos y críticos. Su reciente álbum, “The Tortured Poets Department”, ha logrado mantenerse en el puesto número uno en el Reino Unido por sexta semana consecutiva.
Sin embargo, este logro no ha estado exento de controversia.
La estrategia de Swift para asegurar la permanencia de su álbum en la cima ha sido el lanzamiento de múltiples versiones del mismo, cada una con pistas exclusivas. Esta táctica ha sido interpretada por algunos como un intento deliberado de evitar que otros artistas, como Charli XCX y Billie Eilish alcancen el primer lugar en las listas de popularidad. Los seguidores de Eilish han criticando a Swift por lanzar nuevas versiones de su álbum justo cuando Eilish presentó su nuevo trabajo, “Hit Me Hard And Soft”.
Esta maniobra relegó el álbum de Eilish al segundo puesto, lo que alimentó las tensiones entre los fanáticos de ambas artistas.
Además, se rumora que Swift ha planificado el lanzamiento de sus regrabaciones para coincidir estratégicamente con los nuevos lanzamientos de otros artistas, opacando así sus esfuerzos.
Esta percepción ha generado un debate intenso sobre la ética y las tácticas competitivas en la industria musical actual.
En redes sociales las críticas no se han hecho esperar.
Una publicación que calificaba el lanzamiento continuo de nuevas versiones de “The Tortured Poets Department” como “cómicamente embarazoso” obtuvo más de 16 mil me gusta, mientras que otro usuario de X logró casi 80,000 me gusta acusando a Swift de ser una “artista obsesionada con la fama y las estadísticas”.
El debate sobre la ética en las estrategias de lanzamiento de álbumes continúa, y mientras tanto, Taylor Swift sigue siendo una figura central y polarizadora en el panorama musical contemporáneo.