Juanita Sánchez de Pérez ha sido una madre tradicional, de tiempo completo para sus hijos.
POR VIRIDIANA LEAL
En base al amor y el respeto fueron educados Elda Pérez de González y sus hermanos. Su madre, Juanita Sánchez de Pérez, una mujer alegre, con muchas ganas de vivir y una energía envidiable desde que se convirtió en mamá dedicó su vida a la familia.
Una madre entregada.
Para Juanita Sánchez de Pérez esta aventura inició cuando se casó hace casi 49 años con el amor de su vida: Abel Ygnacio Pérez Treviño con quien quería formar una familia de inmediato, pero el destino tenía otros planes para ella.
Al año y medio de contraer nupcias, su esposo recibe una oferta de trabajo en otra ciudad, y es que ambos son originarios y vivían en Monterrey, así que mudarse resultaba la mejor opción para ambos.
Radicados en Reynosa celebraron su segundo aniversario de bodas y poco después se enteraron que esperaban a su primera hija. Emocionados de ser papás recibieron como regalo en su tercer aniversario a Elda Luz, el 2 de junio. “Eldita fue una bebé muy deseada”, aseguró Juanita. Comentó que con su nacimiento decidió dejar su carrera a un lado para dedicarse de lleno a su familia.
Valores inculcados.
Tanto Juanita como Abel vienen de un hogar en donde las madres se quedaban en casa; nadie levantaba la voz o decía malas palabras, la mujer sobre todo, la mamá era muy amorosa y papá estaba fuera de casa trabajando. Sin dejar a un lado la mano dura y los valores invaluables de respeto y amor.
Valores inculcados por sus padres, y que a su vez enseñaron a sus hijos para formarlos como personas íntegras.
Una gran familia.
En un principio Juanita deseaba ser mamá solo de tres hijos, pero Dios tenía otros planes.
Se sumaron a la familia: Abel Ygnacio, Rosa Nelly, María Alejandra y Ana Gabriela; la razón de vivir del matrimonio.
Cada uno tomó caminos diferentes y con el tiempo se casaron, compaginando sus carreras con la de padres de familia.
Criar a cinco hijos no fue una tarea fácil sobre todo cuando llegaron a la adolescencia. A diferencia de sus amigos, ellos tenían los horarios de salida restringidos, entre otras cosas. Por fortuna sus hijos fueron muy buenos muchachos y acataron esto por lo que Juanita y su esposo Abel están muy orgullosos de ellos hoy en día. Pero el tiempo los recompensó y después de haber procreado una gran familia, además son cinco hijos políticos y 12 nietos que los hacen muy felices.
La perspectiva de los hijos.
Elda, por su parte, recuerda que creció en un hogar sencillo, pero rodeado de mucho amor. A la memoria se le viene su madre cantando y bailando en la cocina, mientras preparaba la comida. “Siempre estaba contenta”, mencionó. En su familia los valores siempre fueron muy importantes: ser amables, honestos y agradecidos, pedir las cosas por favor, y en la noche hacer oración y encomendarse a Dios.
Una gran enseñanza de sus padres, y que ahora están tratando de sembrar en sus hijos. El matrimonio de sus padres ha sido un ejemplo a seguir para cada uno de sus hijos. Su papá tenía un despacho contable y quizo que sus hijos se involucraran en el negocio, fue por eso que Elda desde antes de empezar a estudiar la universidad ayudaba a su papá. “La universidad la hice estudiando en la noche y por la mañana trabajando”, comentó Elda. Por supuesto probó suerte en otros lugares y estuvo en algunas maquiladoras para seguir aprendiendo. Al final, las cosas funcionaron bien porque son ellos quienes ahora están al frente del negocio ya que su padre se retiró.
Ser madre y profesionista.
Para Elda no fue fácil compaginar su rol de madre con su profesión de contadora pública, ya que sus hijos cuando eran pequeños la acompañaban al despacho en donde crecieron viendo a su mamá trabajando. Corrían, dibujaban, hacían tareas y cuando les llegaba la noche dormían en los sillones.
Ahora que ya son más grandes Elda además dirige una agencia de viajes por las tardes y en las mañanas sigue en el despacho. Cada mañana cuando van al colegio hacen oración y Elda les dice cuanto los ama. “Se los repito muchas veces, para que no se les olvide”, señaló.
Lo que bien de aprende…
La señora Juanita dejó un aprendizaje en cada uno de sus hijos, en Elda, por ejemplo, estar cerca para cuando te necesiten es primordial.
“Le doy gracias a Dios porque me permite ser parte de una familia tan unida y que se quiere tanto. A mi madre porque supo darnos a cada uno de sus hijos amor de una manera diferente, y siempre con una sonrisa”. Finalizó Elda.