Con danza, teatro y música concluyó el XIII Festival Internacional Tamaulipas, después de diez días de presentar 21 espectáculos en el Parque Cultural Reynosa.
Del 24 de septiembre al 3 de octubre las bellas artes fueron las protagonistas en escena, ante un escaso público en la mayoría de los eventos, aunque “La Cenicienta”, con la Compañía Nacional de Danza, fue la que tuvo mayor audiencia.
El programa estuvo integrado principalmente por espectáculos nacionales y regionales, entre algunos de corte internacional de primer nivel.
Aunque el tiempo del festival se recortó y, por ende, el número de eventos fue menor, los que se presentaron con la firma del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Espacio Cultural Metropolitano, sin duda, fueron garantía de calidad. Sin olvidar a “Tambuco”, una experiencia sonora enriquecedora.
MUSICA. “TAMBUCO”.
Uno de los ensambles de percusiones más importantes del mundo fundado en 1993.
Ricardo Gallardo, director artístico, dijo que al interactuar con el público éste pasa a formar parte de “Tambuco”.
Si bien, su base sonora es la marimba, el cuarteto añade a cada pieza elementos como piedras, maracas, trozos de plástico, timbales, metales, tambores e, incluso, el cuerpo.
Fue un excelente ejercicio creativo y de la percepción, en ocasiones hipnótico, capaz de retratar ambientes urbanos, cadenciosos, de una estructura cíclica capturando la atención del público.
El nivel de “Tambuco” los ha llevado a estar nominados al premio Grammy en la categoría de mejor álbum de música clásica por “Carlos Chávez Complete Chamber Music”, así como mejor ensamble de cámara.
TEATRO. “WOYZECK”.
Es el retrato de una personalidad patológica y fatalista.
Conceptos como la opresión, la oscuridad, el abandono y la crítica a la aristocracia de su época son el punto de partida de la historia de un soldado sin virtud, que entrega su vida a lo trágico.
La obra de Georg Büc