En una ceremonia religiosa, por demás significativa, celebraron sus bodas de oro Helio Cantú y Rebeca Moreno de Cantú, la cual estuvo oficiada por su hijo, el sacerdote Helio Cantú Moreno.
En la misa, realizada el 20 de abril al mediodía, en la capilla de la Divina Providencia, la pareja estuvo acompañada por familiares, entre ellos, hijos, nueras, yernos, nietos, bisnietos y familiares cercanos, así como amigos, con los que compartieron estos cincuenta años de matrimonio.
Desde la llegada de “los novios” hasta la música y los cantos entonados dieron un toque muy especial a esta conmemoración, en la que el padre habló sobre el sentido y profundidad del amor y el matrimonio.
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe… si no tengo amor, no soy nada.
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad… En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor”, citó el capítulo 13 de la Biblia.
Así transcurrió la misa, entre este sentimiento que, sin duda, es el que ha dado los cimientos a la relación de este matrimonio.
Al concluir, entre abrazos y felicitaciones, partieron con los invitados hacia el salón “Francés” de “La Cucaracha”, a las 13:30 horas, donde se ofreció una comida.
Y entre bocados, sorbos de vino y el brindis sentido de un invitado emocionado en alguna mesa, un trío de piano, violín y voz amenizó la fiesta con los arpegios inmortales de “O sole mío”, “Sin ti”, “La vie en rose”, “Parlami d’Amore Mariu” y “Santa Lucía”… sin olvidar los sentidos versos de “What a wonderful world” y la emoción furtiva de la inigualable “Love is a many splendored thing”.
Y así, como a