Hace poco más de siete años el destino se encargó de unir a cuatro luchadoras incanzables, todas ellas llevaban en su espalda la pesada losa del cáncer, sin embargo, lejos de desanimarlas, su padecimiento las alentó a brindar una esperanza a quienes inmersos en la pobreza sufrían por esta terrible enfermedad.
SUS INICIOS
En noviembre de 2004, Nelly Casas (†), Leticia Padilla (†), Guillermina Robinson de Deándar (†) y Ana Bertha Velasco comenzaron a darle forma al proyecto que serviría para llevar una luz de esperanza a las personas que, debido a sus escasos recursos, no podían pagar sus tratamientos médicos para combatir al cáncer.
Fue así como en abril de 2005, este proyecto quedó registrado como Fundación Teresita Centro de Apoyo Profesional en la Lucha Contra el Cáncer, A.C., ante las instancias correspondientes, iniciando con labores para ayudar a seis pacientes.
Raquel Vázquez Barragán, quien tiene ya varios años de pertenecer a dicha fundación y actualmente ocupa la tesorería de la misma, explicó por qué el nombre elegido.
“Se le llamó Teresita porque es el nombre de una flor a la cual se le encontraron propiedades curativas contra el cáncer de piel, además sus cinco pétalos representan la misma cantidad de años que los médicos señalan, abarca el periodo de remisión”, mencionó Vázquez.
Posteriormente, añadió, se buscó a la patrona para tal sociedad y se eligió a Santa Teresita, quien fue una religiosa, doctora y fundadora de las Carmelitas Descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Bajo el lema “Vale la pena luchar” las damas comprometidas con esta noble causa se encargaron de pedir el apoyo y la participación de la ciudadanía para recaudar los fondos necesarios y dar alivio a los enfermos de cáncer.
Sin embargo, al abrir la convocatoria y encontrar a quienes se integraran a Teresita, era primordial el tener un lazo con alguien que padeciera esta enfermedad: ser su amigo, familiar o incluso padecerlo en carne p