Francisco Javier Patiño Méndez encontró en la medicina la oportunidad para ayudar a la gente de escasos recursos económicos. Sin embargo, su llegada a Harvard no fue fácil, ya que tuvo que trabajar para poder continuar sus estudios, y el apoyo de su familia ha sido invaluable.
La pérdida de dos familiares: uno a causa de leucemia y otro por diabetes, aunadas al cáncer diagnosticado a su hermana, impulsaron a Francisco Javier Patiño Méndez estudiar medicina. A sus logros se suma el haber sido aceptado en la universidad de Harvard además de que actualmente cursa una segunda maestría en salud pública en Boston University. Más aún, por ser un estudiante dedicado e impulsor de las labores sociales, Francisco fue aceptado en la Iniciativa de Liderazgo Latino (Latino Leadership Initiative) en la escuela de gobierno de Harvard en su tercer año en UTPA. Al ser aceptado en Harvard también recibió una beca que cubría el costo de todos los estudios por las buenas notas académicas y su desarrollo extra curricular. Pero el costo de vida en Boston es muy elevado, por lo que trabajó al menos medio tiempo (20 horas a la semana) para solventar sus gastos. Además sus padres siempre trabajaron duro para ayudarlo a alcanzar sus metas. Su hermana y su papá laboraban tiempo extra, mientras su madre organizaba bingos entre familiares y conocidos para
recaudar fondos. Francisco sigue esforzándose con la idea de ayudar a su comunidad y agradecer a su familia el haber sido parte de este logro.
EXPERIENCIA DE VIDA
Originario de McAllen, Texas, nació el 30 de abril de 1991. Cuando estudió la primaria sufrió de bullying, pues sus compañeros se burlaban de él por su sobrepeso. “Viví una etapa muy dolorosa que me motivó a adelgazar y cuidarme más”, confesó el joven de 25 años. De niño, Francisco soñaba con ser luchador profesional cuando fuera grande. Pero su sueño se esfumó al recibir la noticia del fallecimiento de un tío por leucemia y una tía por diabetes. Desde entonces, decidió que la medicina era el camino seguro para ayudar a los enfermos. “En la University of Texas-Pan American (UTPA) estudié biología para aplicar a la escuela médica. Recuerdo que cuando mi hermana Sugei fue diagnosticada con cáncer tuvimos malos encuentros con doctores y el sistema médico en general. Creo que su fe la ayudó a recuperarse. Debido a ese episodio me interesé en cuestiones de religión, ética y cómo estas interactúan en el campo de la medicina, lo que me llevó a estudiar en Harvard”, dijo. Su familia la integran sus papás Martha Méndez y Francisco Patiño, así como sus hermanos Sugei y José.
SU PASO POR HARVARD
Al concluir la primaria en la escuela Club de Leones de Reynosa se marchó a McAllen donde ingresó en la secundaria Travis Middle School y aprendió inglés. Posteriormente, cursó la preparatoria en la James Nikki Rowe High School y finalmente fue aceptado en varias universidades, pero prefirió quedarse en el Valle de Texas en la UTPA, que recientemente se convirtió en UTRGV. “Fui un estudiante activo en muchas organizaciones y proyectos en UTPA. Esto me llevó a aplicar y ser aceptado en Harvard University, y en febrero del presente año empecé a estudiar una segunda maestría en salud pública en Boston University”, comentó. Más que un sueño esta oportunidad representa para Francisco una meta, pues los sueños no siempre se hacen realidad y las metas son objetivos por los que se trabaja para cumplirlos. “Estudiar en Harvard y ser aceptado para una segunda maestría en Boston es una gran experiencia. Estos logros sólo representan un par de escalones en un largo camino para lograr mis metas: convertirme en doctor o lograr un doctorado en salud pública para poder ayudar a la gente de bajos recursos económicos a tener acceso a servicios médicos”, dijo.
UN RECONOCIMIENTO A SU ESFUERZO
Gracias a que siempre se ha destacado como un estudiante dedicado e impulsor de las labores sociales, Francisco fue aceptado en la Iniciativa de Liderazgo Latino (Latino Leadership Initiative) en la escuela de gobierno de Harvard en su tercer año en UTPA. “Durante este programa desarrollé muchas habilidades como hablar en público, negociar, implementar estrategias de organización en la comunidad, entre otras. Al final del programa di un discurso frente a los patrocinadores incluyendo al propietario de Univisión Walter Ulloa y otros empresarios de renombre”, explicó. Tras el discurso que dio acerca de su experiencia como el primero de su familia en lograr ir a la universidad y sobre los sacrificios que hicieron para ayudarle, David Carrasco, un profesor de Harvard, se le acercó y lo motivó a aplicar para una maestría. Eventualmente este profesor se convirtió en su mentor académico cuando fue aceptado. Una vez en Harvard cursó una maestría en estudios teológicos con énfasis en religión, ética y medicina. Planea usar lo que aprendíó para complementar su educación médica o en salud pública para convertirse en proveedor médico y holístico.
UNA DECISION QUE CAMBIO SU VIDA
Cuando su hermana fue diagnosticada con cáncer su familia enfrentó muy malas experiencias con el sistema médico y con su endocrinólogo. Sin embargo, admira que su hermana salió adelante con el apoyo de todos sus seres queridos, pero sobre todo gracias a su fe. “Cuando uno trabaja con personas vulnerables por cuestiones más existenciales, ¿Cómo le dices a un paciente que está muriendo? ¿Cuál es la responsabilidad con la familia de un paciente? ¿Qué haces cuando un paciente te pide que reces con él? Yo pienso que la mayoría de los médicos y profesionales dentro del campo de la salud no tienen este tipo de entrenamiento. Así que cuando se me presentó la oportunidad de venir a Harvard para estudiar teología no dudé en hacerlo”, dijo. El haberse graduado de Harvard es uno de sus mayores logros, mismo que fue posible gracias al constante apoyo de su familia, amigos, novia y su comunidad. “Por eso siempre digo ‘nos graduamos de Harvard’ en lugar de ‘me gradué de Harvard’”, contó visiblemente emocionado. Pero sin lugar a dudas el logro más importante hasta hoy ha sido graduarse con una licenciatura en biología de la UTPA, ya que fue el primer integrante de su familia en egresar de una universidad y así logró demostrarle a su hermano menor y a sus primos que sí se puede. “Recientemente también me aceptaron para una maestría en salud pública con especialidad en la política y gestión de la salud. Primeramente Dios la empiezo en el mes de septiembre”, agregó.
UN SACRIFICIO QUE VALE LA PENA
Francisco considera que nada que valga la pena tener o hacer es fácil. Se siente bendecido por lo que ha logrado, pero también ha hecho su esfuerzo con dedicación. “Desde que era niño siempre me esforcé tomando las clases más avanzadas y difíciles para aprender más. Preferí quedarme en casa haciendo tareas y estudiando que salir a divertirme. Pero sin duda el sacrificio más grande fue separarme de mi familia para perseguir las oportunidades que se me presentaron. A veces desearía estar cerca de ellos, pero ésto es un sacrificio necesario para llegar a donde quiero y algún día regresaré a casa ya realizado”, resaltó.
PROYECTO DE VIDA
El graduado de Harvard considera que aún tiene metas por alcanzar en su vida, como realizar un doctorado en salud pública o un doctorado médico para ayudar a cambiar la vida de las personas más desprotegidas. También desea encabezar una organización que provea servicios médicos a poblaciones de inmigrantes tanto en las fronteras de México como en las de Estados Unidos. “Me gustaría terminar mi educación antes de cumplir 30 años y regresar a vivir en la frontera de México para estar cerca de mi familia, pues ellos son todo para mí. Cuando les conté de mi idea de aplicar a Harvard siempre me motivaron. Incluso estando en Boston hablo con ellos todos los días y me apoyan de una u otra manera, ya sea moralmente como cuando me siento triste de estar tan lejos o incluso económicamente cuando no me alcanzaba para pagar la renta”, dijo. Después de estudiar biología y teología, Francisco se dio cuenta que aunque le apasione la ciencia y la teología prefiere un punto intermedio entre ambas disciplinas académicas. “Veo a la salud pública como un campo intermedio. Más bien como una ciencia social. Este campo me ha dado la oportunidad de aplicar mis conocimientos científicos de manera más personal y ayudar a mejorar la salud de poblaciones enteras”, añadió. El cargo que actualmente desempeña en la Universidad de Boston, mejor conocida como BU (Boston University), es el de administrador de programas en la División de Educación Superior de Ciencias Médicas (Division of Graduate Medical Sciences, GMS). “Mis responsabilidades incluyen ayudar a escribir propuestas para subsidios del gobierno y así poder financiar la educación de estudiantes de posgrado en BU, especialmente a estudiantes de minoría. Desde que apliqué para este trabajo tuve buena comunicación con la persona que me entrevistó, que ahora es mi supervisor directo. El proceso fue algo largo y muy competitivo, pero estoy feliz de poder integrar parte de la familia de GMS en Boston University”, dijo. En los pocos ratos libres que tiene Francisco gusta de ejercitarse mientras escucha música, leer, jugar futbol, ver los partidos por televisión, salir a pasear alrededor de Boston, ir a conferencias académicas o hacer servicio comunitario. He dado pláticas motivacionales para estudiantes en el sur de Texas y también en Boston. “Para mí es muy importante poder dar algo de vuelta a mi comunidad y espero poder motivar a otra gente a
hacer lo mismo”, agregó. Le gustan varios géneros de música, como la electrónica, pop, R&B, reggaetón, hip-hop, rap y rock clásico como Queen, Aerosmith y The Beatles, pero ahora que vive tan lejos de México le gusta escuchar música de José José, Diego Verdaguer, Juan Gabriel y Lupita D’Alessio, pues creció escuchándolos de niño al lado de sus padres. Una de sus pasiones es leer, en especial autores latinos que escriban sobre temas que le interesen como la salud. “Algunos de mis autores y libros favoritos son Gustavo Gutiérrez (Teología de la liberación), Paulo Freire (Pedagogía del oprimido), Paul Forner (Patologías del poder), Rodolfo Llinas (El cerebro y el mito del yo), Paulo Coelho (El alquimista), y Junot Díaz (La maravillosa vida breve de Oscar Wao).
FUNDACION POR LA SALUD
Francisco comparte que cuando estudió en UTPA hizo servicio comunitario con niños diagnosticados con diabetes tipo 1 que dependen de inyecciones de insulina para poder vivir una vida normal. Fue entonces cuando se dio cuenta de la magnitud de los problemas de salud en el sur de Texas y que McAllen es la ciudad con el registro más alto de obesidad y una de las ciudades con el menor índice de educación en Estados Unidos. “McAllen también está llena de trabajadores indocumentados y quizás la razón por los altos índices de diabetes entre otras enfermedades es por la falta de recursos de salud y educativos. En UTPA fundé una organización de estudiantes cuyo propósito era mejorar los estilos de vida de nuestra población”, resaltó. Para lograrlo se dieron a la tarea de visitar “pulgas” en el sur de Texas y proveer información sobre cómo manejar o prevenir la diabetes, organizaban exposiciones de cocina saludable, ferias de la salud y sesiones de ejercicios. “Mucha gente no contempla las causas sociales de enfermedades, como la pobreza, el estrés, la falta de educación y falta de acceso a servicios médicos apropiados. Por lo tanto he tomado tiempo para aprender sobre estas causas y buscar obtener mi segunda maestría para generar soluciones a los problemas de salud en la frontera de México y Estados Unidos”, concluyó.
ahernandez@revistaclase.com
Tels. 929.75.85 al 87. Ext. 106