Fotos: Víctor Briones
La gente sencilla del norte, echada pa’ lante, que participó en la Revolución Mexicana se ha distinguido por su forma de vestir: sombrero, jeans y botas. Una moda que ha influenciado a las mujeres y trascendido regiones; en México los vaqueros norteños y en Estados Unidos los cowboys del oeste y sur del país.
Aquella gente sencilla que trabajaba en el campo y que después se unió a las filas de la Revolución Mexicana son los vaqueros del norte de México.
Hombres de a caballo, echados “pa’ lante”, que por su forma de vestir crearon una moda característica de una región, y que con los años ha influido en las casas de costura para crear novedosos diseños que caminan en las pasarelas internacionales de botas, sombrero, flecos y jeans.
Un atuendo muy característico que sigue usándose por los más tradicionales en el norte, noreste, oeste y noroeste del país, principalmente, aunque el resto de la población se permite llevarlo casualmente.
Una historia de “vaqueros” que trasciende con el tiempo y en fechas de celebración mexicana la gente suele vestirse con jeans y chalecos mostrándose orgullosa de sus raíces.
En las pasarelas internacionales los diseñadores proponen estilos contemporáneos pero con la esencia de la ropa vaquera.
MODA VAQUERA
Basada en el atuendo de trabajo de los vaqueros y los pioneros americanos, consiste en camisa de algodón, franela de cuadros o de lana con amplias mangas, pañuelo de algodón, tejanos o gauchos y botas de tacón grueso en cuero repujado. Incluía también ponchos y chaquetas de cuero con flecos.
A los tejanos también llamados vaqueros y jeans, ahora se les conoce como denim y son una de las prendas más usadas desde su creación por Levi Strauss en 1950. Utilizada inicialmente por los granjeros se ha convertido en una pieza internacional que lo mismo se lleva con botas, tenis o tacones altos.
Parte esencial del vaquero, es el sombrero de estilo mexicano de grandes dimensiones y de ala ancha.
Normalmente utilizaban sombreros de fieltro de los mas diversos estilos, muchos eran versiones atenuadas del estilo mexicano o del californiano, otros de ala ancha al estilo sudista y otros tomados de líneas europeas pero siempre todos ellos de ala ancha, muchas veces el sombrero indicaba la procedencia del cowboy.
Al sombrero se le ponía una pequeña tira de cuero para estrecharlo a la cabeza o retenerlo en la espalda cuando se llevaba flojo y así no tener que bajar constantemente del caballo para recogerlo del suelo.
De tacón alto y empeine pronunciado son los rasgos característicos de las botas del vaquero. Ideales para montar a caballo.
EL CUERO
Las prendas mas importantes de la indumentaria vaquera eran de cuero: chaps (prenda de cuero para proteger las piernas durante las cabalgatas), chalecos, cinturones y pellizas, entre otros accesorios.
Algunos gustaban del estilo indio de adornar esas prendas de cuero con flecos.
Algunos sombreros eran de cuero, aunque era mas incómodo que el de fieltro, que protegía mejor de las inclemencias del tiempo.
La moda vaquera estuvo en boga a finales de los sesenta, en los setenta y a finales de los 90 ha vuelto a ser parte de los fashion show, mostrando diseños estilizados pero que no pierden su esencia.
El chaleco era otra pieza que formaba parte del atuendo del vaquero. Era práctico, útil y cómodo al permitir los movimientos de los brazos.
IMAGEN DEL VAQUERO
Estudios recientes sobre la indumentaria y el origen de los vaqueros muestran cómo esta imagen recreada y difundida a través del cine, en novelas o cómics empieza a colapsar después de dar a conocer que los vaqueros eran un grupo cultural y radicalmente diverso.
Este análisis permite entender un poco más la semejanza entre la vestimenta de los vaqueros norteños con la de cowboys, al grado de poder sostener que su origen puede ser compartido por los habitantes de ambos lados de la frontera.
De esta forma, explican los editores de “Antropología del desierto; paisaje, naturaleza y sociedad”, la vestimenta vaquera que utiliza la gente norteña no debe considerarse como una imitación del cowboy, sino que es producto del sincretismo cultural entre gente de origen hispano, aridamericana y sajona. Estos grupos son los que participaron en la construcción de la figura del vaquero, cuya vestimenta se relaciona con la imagen del hombre norteño.
Jorge Iber, uno de los editores de este libro, menciona que después de la Guerra Civil de Estados Unidos, la mistificación que se ha hecho del vaquero y de su vestimenta, es decir, de aquellos que desde 1883 realizaban su trabajo de manera semejante al industrial, emulando el lejano Oeste, se dio en los rodeos entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, donde el actor principal era el cowboy.
LA DIVISIÓN DEL NORTE
Encabezada por el General Francisco Villa, quien obtuvo importantes triunfos en la lucha de la Revolución Mexicana, se componía sobre todo de gente del pueblo, vaqueros, rancheros, caporales y otros elementos de la población rural del norte de México.
GENTE SENCILLA DE NORTE
La gente sencilla de campo viste de botas para facilitar su trabajo y sombrero para cubrirse de las inclemencias del tiempo.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, la imagen de la gente ruda se transforma en la de gente sencilla. Uno de los ingredientes más importantes que sirve para reforzar esa noción de gente sencilla, noble, valiente y leal fue la llamada Revolución Mexicana.
La gente sencilla que trabaja la tierra y cría ganado, cuyo origen se remonta y relaciona con aquella gente ruda que venció a los bárbaros y luchó después contra la dictadura de Porfirio Díaz.
Por las relaciones que establecieron como familia extensa y comunitaria a esta imagen también se le atribuye el “hablar franco y sincero”.
De acuerdo a “Antropología del desierto; paisaje, naturaleza y sociedad”, editado por Rafael Pérez Taylor, Miguel Olmos Aguilera y Hernán Salas Quintanal el ranchero que utiliza ropa vaquera y es de actuar franco y sencillo se convirtió en el símbolo del hombre norteño por ser descendiente tanto de quienes se enfrentaron a los apaches y comanches, de los que tomaron las armas durante la revolución en defensa de la democracia y contra la dictadura, como de los que continúan trabajando las tierras que les costó un gran esfuerzo cultivar.
“Si bien es cierto que el símbolo de la gente ruda y sencilla del norte se ha modificado con el tiempo, dado que en la actualidad se le considera franca “echada pa’lante”, demócrata… es el producto contemporáneo de esa lucha y relación que sostuvieron con los bárbaros del norte y gracias a ese contacto dieron paso a la construcción de una cultura regional. Fue un largo proceso que duró más de 300 años, hasta ser sometidos y expulsados los apaches de los estados del norte de México hacia finales del siglo XIX. Reforzado después por la lucha revolucionaria iniciada en 1910 para derrocar al régimen impuesto por Porfirio Díaz durante más de 30 años”, escriben en una de sus páginas.
¿Cowboy o vaquero? Los escritores en el mismo libro consideran que la semejanza del cowboy estadounidense con el vaquero norteño se debe al contacto que existe en el norte entre la cultura de origen hispano generada del lado mexicano y la sajona, proveniente del lado estadounidense.
ahernandez@revistaclase.com
Tels. 929.75.85 al 87. Ext. 106