Los niños en la actualidad prefieren mantenerse encerrados en casa moviendo sólo los dedos de un juego digital; de los padres depende “reeducar” a los hijos y sacarlos de ese letargo.
En la década de los años sesenta y setenta tener en casa un balero, trompo, yoyo o matatena era común. Los niños jugaban bebeleche, canicas y disfrutaban saltando la cuerda o disputándose una cascarilta de futbol. Siempre en los jardines y las calles, conviviendo con sus amigos.
Con la aparición de los videojuegos como el Nintendo a finales de los años setenta, los pequeños empezaron a interesarse en otro tipo de diversión, donde permanecían la mayor del tiempo sentados en un sillón y al interior del hogar.
En la actualidad la variedad de juegos electrónicos, muchos de ellos accesibles hasta en el celular, entretienen a chicos y grandes durante horas, aislados en la mayoría de las veces, sin interactuar e inmóviles.
Consolas caseras de Nintendo 64 y X Box, Play Station y Wii, ofrecían nuevas posibilidades de entretenimiento.
Con la aparición de los Smart Phones ahora un niño puede tener acceso a una variedad de juegos en las marcas Switch, PlayStation 4, y Xbox One, con la posibilidad de participar en competencias con otros usuarios en cualquier parte del mundo gracias al Massive Multiplayer Online (MMO).
“Ahora cualquiera que tenga un celular puede divertirse, lo pueden conseguir con una App Store y hasta les permiten jugar dos niveles de manera gratuita; ya los siguientes niveles tienen un costo”, expresó Guillermo, un joven reynosense.
Una educadora, una psicóloga y un doctor coincidieron que los juegos de antes permitían una mayor convivencia, mientras que en la actualidad se han convertido en “un vicio” porque ocupan todo el tiempo libre.
“En experiencia, tengo niños de primaria y no les interesa los juegos de antes como el avión o la matatena; algunos no tienen idea de lo que eran, uno trata de inculcárselos pero ellos se van más por una tablet, un videojuego o a los juegos de celular”, expresó Rocío Villasana Garcés, del colegio Ethel Sutton.
La pedagoga de 28 años explicó que están tratando de implementar rondas infantiles en la escuela, hasta piden a los papás que lleven juguetes: trompos, baleros o canicas, para que los pequeños aprendan a entretenerse de diferente manera, pero no los obligan a hacerlo.
En la hora del recreo, de 10:00 a 10:30 de la mañana, los alumnos salen a correr al patio de la institución, subirse a las resbaladillas y patear un balón. A ellos no les tienen permitido llevar celulares cuando están en preescolar o primaria.
Recuerda que cuando era niña participó en concursos de rondas, a los “quemados” con una pelota y hasta llevaban a cabo concursos de trompo y yoyo.
Señaló que la sociedad es la culpable del cambio en la tradición de los juegos, pues con frecuencia en la casa se presta un celular a un niño para que se entretenga.
“Ellos no quieren participar en los juegos de antes, ahora buscan un celular o una tablet, creo que depende mucho de los padres o maestros inculcar el entretenimiento de antes, porque eran independientes, jugaban, socializaban más, ahora los noto obsesivos con los aparatos electrónicos”, indicó.
Villasana Garcés afirmó que es importante conocer los juegos que gustan los pequeños, para conocer su contenido y aunque no les tocan el tema directamente, hay que impulsar el hábito por la lectura, como también practicar los juegos de conjunto como futbol, basquetbol o competencias de carreras de relevos.
Para ella lo positivo de los nuevos juegos es que aprenden a usar medios electrónicos, pero lo negativo es que no los utilizan para tareas escolares, sino para divertirse y pierden mucho tiempo en estos.
La educadora ha notado que hay niños que se quedan dormidos porque están a altas horas de la noche en los videogames o viendo la televisión en su casa.
“Ahora los niños hacen berrinches y las mamás les dicen ‘si no te portas bien, no te presto la tablet’, es una manera para presionarlos para que sean enfocados en la escuela”, indicó.
Los alumnos aprenden a usar las computadoras desde pequeños, para hacer sus tareas, buscar la información, actividad que impulsan en las aulas.
“Antes eran más independientes, había más convivencia, eran más sociales, ahora hay que hacer un esfuerzo extra para captar su atención, porque son más visuales; por ello en las clases utilizamos proyectores, animaciones o segmentos de películas”, aseguró.
Los chicos de ahora están más despiertos o adelantados, porque están expuestos a más información por medio de las redes sociales.
La lectura de libros se fomenta en las clases de español, donde aprenden a leer, “pero pocos se interesan, por falta de dibujos”, por lo que sugiere que en la casa se les invite a que lean más y en esto los papás pueden ayudar mucho.
ANTES HABIA REGLAS
Para Maribel Gómez González los pequeños de antes usaban más la imaginación, había una relación social que respetaba ciertas reglas para la interacción con los compañeros.
La psicóloga infantil afirmó que el valor de compartir en la actualidad se ha estado perdiendo.
Admitió que le gustaba jugar a las canicas, así como deportes de conjunto: beisbol y futbol en la cuadra, por lo que consideró que tuvo una infancia feliz.
“Los juegos de ahora, se llaman de paralelo, esto es, que tienen de pareja un compañero, pero no están interactuando, no hay una comunicación real, aunque estén haciendo lo mismo”, indicó.
Es muy común, dijo, encontrarse con un grupo de pequeños, cada uno con una tablet, con un mismo juego pero sin comunicarse, lo que es preocupante.
El beneficio de los juegos de antes, es que había una amistad más sólida entre los pequeños, ahora ya no existe, es momentánea, sólo porque están poco tiempo juntos.
Gómez González explicó que la influencia de los padres es importante, para establecer los límites sobre el tiempo de uso en los videogames, pues sus hijos por sí solos no dejan de practicarlos.
Según las actividades que tenga el menor, dos horas debe ser un tiempo suficiente.
“Lo mismo sucede con los programas de televisión, antes no había tanta violencia, actualmente casi todos la tienen; si tienen tanto contacto, puede ser perjudicial para ellos, incluso en los juegos a altas horas de la noche, hay evidencias médicas que es malo para ellos”, comentó.
CUIDADO CON LOS OJOS Y OIDOS
Los videojuegos de noche, con las luces apagadas y vista directa a la pantalla, ocasiona daño a los ojos y en el caso de los oídos, se puede perder la capacidad auditiva.
En esto coincidió Francisco Javier Pérez Peña, otorrinolaringólogo, quien se mostró preocupado por los niños que pasan muchas horas en la noche con los juegos y los audífonos conectados.
Hay que tener cuidado en no subirle tanto al volumen, y en el caso de los ojos, puede afectar la retina y provocar vista cansada, con disminución visual, por lo que ocuparán lentes desde muy pequeños.
“Lo veo con mis pacientes, he visto su falta de atención, no tienen interés en nada, sólo en el X Box. Les digo que está bien que jueguen pero que sea un tiempo medido, que no se desvelen. En el caso de los jóvenes tienen que ir a clases al día siguiente, tienen que hacerse cargo de otras cosas”, reflexionó.
Para los niños de ahora todo es juego, tienen que aprender que hay otras actividades importantes que hacer, ahora se les nota que son desordenados en su apariencia, se ven aletargados y desvelados.
El doctor del Hospital Regional del Río aconseja aprender a cumplir con las tareas de la escuela, del trabajo y la familia.
La desventaja de interesarse en los videogames, es que se desconectan de la realidad y no aprenden a resolver problemas cotidianos simples.
REEDUCAR, LA SOLUCIÓN
La psicóloga Maribel Gómez González agregó que no se deben prohibir los videojuegos a los niños, porque los haría más deseables, además de que hacerlos sentir que “viven en época de las cavernas”, porque sus compañeros los tienen.
Si tienen acceso a la tecnología en la casa, deben aprender a retomar valores de tolerancia y obediencia, así como respetar el tiempo de uso de los juegos.
No se trata de limitarlos, porque los buscarán afuera de la casa, con otro amiguito, por lo que es necesario reeducar a los pequeños.
Como psicóloga reconoció que hay casos de obsesión al estar conectados todo el tiempo en el Internet. También les provoca una conducta agresiva, porque no saben jugar a otra cosa.
“Los juegos de mesa algunos no los conocen, no los tienen en casa, por ello debe haber otras opciones para divertirse y retomar la convivencia familiar, así como desarrollar habilidades
cognitivas con el ajedrez, las damas chinas, dominó, backgamon, para retirarse un poco de la tecnología”, agregó.
Hace unos días le mostró un rompecabezas a un joven paciente quien se quedó inmóvil, al no saber resolverlo.
Los problemas más frecuentes con los niños son de conducta, porque quieren tener acceso a los videojuegos de moda, que cada vez son más caros y piden los nuevos, por lo que podrían volverse rebeldes si no los tienen.
Los padres están fallando en esto, porque ceden a la petición del niño, y los consienten para darles todo lo que quieren.
“Los niños no consideran negativo lo que piden o que les influyen para mal, porque están emocionados y quieren el último juego que tienen sus amigos, para presumir que es el más moderno, para sentirse que están al día”, expresó.
La especialista en terapia familiar dio como recomendación buscar otro tipo de diversión en casa, en la que se involucre la convivencia familiar: armar un rompecabezas, jugar monopoli, pictionary, lotería mexicana.
“Debemos de saber que los videogames generan una adicción, por eso los padres deben de ofrecerles otras opciones, jugar de otra manera”, recomendó.
Señaló que ahora sólo quieren matar zombies o soldados, por lo que podrían tener problemas de atención y de aprendizaje.
Aconsejó encontrarse con la naturaleza, salir al parque en familia, es una actividad que se debería retomar, de manera que los pequeños hagan ejercicio al aire libre, una costumbre que cada día se está perdiendo debido a la influencia de los videogames.