En Reynosa, una ciudad frontera con Estados Unidos, donde los grandes almacenes comerciales del otro lado del río Bravo atraen la atención de la población local y turistas nacionales, asombra encontrarse de pronto con un pequeño establecimiento en el que se asoma graciosamente una abeja.
Entre negocios comunes y casas antiguas que rodean la zona, en la colonia Rodríguez, sorprende a quienes caminan por la calle o transitan en automóvil: “La casa de la miel”.
Algunos se detienen a mirar incrédulos y otros, mientras manejan, desaceleran la marcha para observar de qué se trata.
Como si fuera un producto en extinción o raro, la gente se admira cuando descubre en el interior diferentes tipos de miel. ¿Quién se imaginaría que puede encontrar aquí desde miel de azahar de naranjo, café, capulín, girasol, mantequilla, tlacote, tzi´tzil´ché, vara dulce y hasta con canela, sin faltar la de mezquite de monte, que es la que se produce en esta región? Más de veinte tipos de floraciones de Michoacán, Chiapas, Tlaxcala, Quintana Roo, Yucatán, Jalisco, San Luis Potosí y Guerrero entre otros estados, en donde la abeja reina y su séquito hacen su panal.
Pero el aroma de este néctar también perfuma jabones, cremas, productos de belleza y hasta medicinales como son las gotas de miel para los ojos.
Más aún, llama la atención saludar a un apicultor por afición, nacido en Reynosa cuyo abuelo paterno, Refugio García Martínez, fue primo hermano del general Herón Ramírez García quien, según la historia, fue asesinado por Esteban García de forma alevosa y cobarde en el año de 1949.
Se cuenta que el homicidio sucedió en la ciudad de McAllen, Texas, en la casa de Darío Guerra, en donde al parecer se encontraba la esposa del criminal, de la que se dice lo engañaba con el general Ramírez. Por ese motivo y ante el temor de que el general lo matara, esperó a que llegara a la casa del amigo de ambos, y una vez en el interior García acribilló a balazos al conocido militar.
Incluso, Mariano García Gómez, que heredó de su bisabuela, Sanjuana, de los Martínez de El Charco Escondido, la tradición de la crianza de abejas y producción de miel, guarda una foto donde aparece ella, el abuelo y otros familiares muy conocidos en la región, parientes del general Tiburcio Garza Zamora y “Meme” Garza González por parte paterna y de los Gómez Lira, por el lado materno.
Y mientras las anécdotas y el olor de la miel se entretejen en la entrevista, Mariano García, el propietario de “La casa de la miel” recuerda que su bisabuela, nacida en El Charco Escondido, tenía un apiario de cien colmenas en el rancho “El Naranjo”, por allá de 1850, en lo que se conoce como la “Bocatoma”.
Así pues, su afición por la producción de miel viene de familia, y al pasar el tiempo tuvo la oportunidad de comprarse unos ranchitos, de los cuales sólo le queda uno pequeño donde tiene cien cajones de colmenas.
“La casa de la miel” abrió en el 2013, apenas hace dos años, y aunque es extraño encontrársela en el camino, por la calle Chihuahua, es donde las abejas se han convertido en las reinas del lugar.