Un escalador de talla mundial
Reynosa tiene otro hijo pródigo: Héctor López Valdez,
quien gracias a su fuerza y perseverancia ha logrado
escalar a los más altos niveles.Por el momento su mente está
concentrada en ocupar un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Para Héctor López Valdez la escalada deportiva le ha permitido llegar muy alto,
entre rutas de compleja y extrema dificultad.
Pero aun con la adrenalina y el riesgo que conlleva, el reynosense de 21 años
de edad cada vez se propone retos más difíciles que no duda en alcanzar.
Fue hace siete años cuando por primera vez trepó un muro en un gimnasio,
desde entonces ha cosechado triunfos y este 2017 se convirtió en el campeón nacional
en las modalidades Bloque Motion, competencia realizada en Guadalajara,
y en Black Diamond Block Stars llevada a cabo en la Ciudad de México.
Ha participado, además, en competencias mundiales en Estados Unidos,
Canadá, Nueva Caledonia y Chile, entre otros países.
En la escalada deportiva no sólo se requiere tener talento, habilidad y audacia;
poseer fuerza corporal y resistencia física son dos requisitos que no le fallan.
En general utiliza su cuerpo, pero son sus dedos y pies con los que se agarra
y al mismo tiempo se sostiene para avanzar.
Sus manos y piernas están lastimadas, rasguñadas y cortadas en sus constantes
intentos de llegar a la cumbre.
Héctor participa en escalada modalidad Dificultad que consiste en subir o recorrer paredes de roca,
laderas escarpadas u otros relieves naturales caracterizados por su verticalidad, empleando medios
de aseguramiento recuperables en casi su totalidad y la posibilidad en su progresión de utilizar medios artificiales.
De igual manera se lleva a cabo en paredes artificiales con las mismas características que las naturales.
También compite en la modalidad bloque o bouldering en la que escala bloques de roca o pequeñas paredes,
que pueden ser de máximo ocho metros, sin la necesidad de los materiales de protección convencionales
de la escalada: cuerda, arnés y elementos de fijación, entre otros.
Explicó que en la especialidad de búlder se escala en un muro artificial de hasta 10 metros sin cuerdas,
salvo un colchón en el piso como protección de una caída. En cuanto a la escalada de piedra ha logrado
rutas de extrema dificultad como 14d, considerando que la más baja es 5 y la más alta 15d; esto es,
que está a un paso de dar el gran salto.
DISCIPLINA Y MÚSICA
“Cuando estoy entrenando me gusta oír música porque me ayuda a estar enfocado en lo que estoy haciendo,
ya que se requiere de mucha disciplina para continuar”, comentó.
Así, el estudiante de diseño industrial del Tec de Monterrey selecciona una canción hip-hop,
de Eminem o del rapero 50 Cents, para concentrarse, pues contrario a lo que pudiera pensarse,
le ayuda a no distraerse.
“En las competencias trato de estar relajado, muy calmado, lo más que pueda antes de participar,
sé que el entrenamiento lo tengo y los frutos tienen que estar
reflejados dentro de la competencia”, abundó.
Recuerda que tenía 17 años, en 2010, cuando su tío Eduardo lo invitó a trepar un muro en un gimnasio
llamado “Kaya”, de San Luis Potosí.
“Mi mamá me decía que hiciera un deporte porque estaba muy flaco, así que probé con futbol y basquet,
me iba bien, pero no me llenaba por completo, por eso me quedé con la escalada”,
dijo el hijo de Hector López Méndez y Rosa Hilda Valdez Cantú.
En sus inicios la escalada era un hobby para mantenerse en forma y en su primera competencia
se quedó en semifinales, pero no se desanimó.
“Le eché muchas ganas y empecé a observar como iba progresando”, comentó.
Poco a poco su persistencia dio resultados: primer lugar en súper Búlder en Monterrey en 2010,
luego otros dos campeonatos en el Nacional, categoría Dificultad en la Ciudad de México,
como en la Estatal Deportiva en la Sultana del Norte al siguiente año.
Con empeño y perseverancia continuó escalando y en el 2012 logró cinco primeros lugares en Escalada,
Tec Campus Monterrey, Rockalita Villa de Santiago, categoría Infame en Villa de Santiago,
en la Estatal Deportiva en las categorías Junior A y Absoluta.
ESCALADA DE CAMPEÓN
Ha obtenido siete primeros lugares del 2010 al 2014 a nivel nacional y regional.Tercer lugar en el Campeonato Panamericano Juvenil (Ciudad de México).
Participación en IFSC Climbing Worldcup (Canadá y Estados Unidos).
Campeón en Copa México (Puebla), Master of the Stones (Monterrey), estatal en la modalidad Dificultad (Monterrey),
estatal, categoría bloque (Monterrey), nacional, modalidad bloque (Ciudad de México), Black Diamond Block Stars
(Ciudad de México), categoría Bloque Motion (Guadalajara).Subcampeón Nacional, modalidad Dificultad (Ciudad de México).
SUBIR EL MURO
Por lo general no se toma el tiempo para subir un muro, hay un margen de 5 minutos para completar la ruta,
que dependiendo de su dificultad podría demorar de 3 a 4.
“Cuando los jóvenes se inician en este deporte, les cuesta mucho tener fuerza en los dedos y antebrazos,
porque después de hacer muchos movimientos se llegan a cansar y se pueden soltar de donde están sostenidos”, comentó.
Una vez que van avanzando hacia arriba, explicó Héctor, entre los problemas cotidianos están:
saber dónde poner los pies, así como la secuencia al mover las manos.
“Se requiere de mucha fuerza física durante toda la competencia… tener fuerza en los dedos,
sientes la fuerza en los músculos de tus hombros, de tu espalda”, aseguró.
El escalador, quien pertenece a la Federación Mexicana de Escalada Deportiva y es admirador de Alex Megos
y Rustam Gelmanov, sueña con lograr un puesto en Tokio 2020, donde este deporte será oficial.
“En el equipo nacional, en la categoría abierta, somos 5, pero luego de los selectivos y por ranking,
mandarían a un competidor varonil y uno femenil a los Juegos Olímpicos”, expresó.
Por lo general, acude los fines de semana a competencias selectivas para realizar entrenamientos,
pruebas y simulacros con el fin de aumentar su rendimiento.
En la actualidad, Héctor está ubicado entre los mejores tres escaladores de México, y no es por casualidad,
ya que practica de tres a cuatro horas diarias, hasta cuatro días a la semana en gimnasio y otro en piedra,
sólo por motivos personales y estar en contacto con la naturaleza.
Desde su primer lugar conseguido en Monterrey en la categoría super búlder, su carrera ha ido en ascenso
en competencias nacionales e internacionales.
“Se puede hacer toda la vida. Conozco gente adulta que sigue practicando y muy fuerte, depende de cuánta
dedicación le quieras dar al deporte. A mí en lo personal me gustaría seguir compitiendo varios años más
y, eventualmente, dejar de competir, pero seguir con la escalada en competencias de exhibición o en la piedra”,
señaló.
ENTRE SUS PLANES
El cariño que le ha tomado a la escalada, lo ha motivado para pensar en la posibilidad de entrenar a niños
y jóvenes; prepararlos para competencias.
Además le gustaría establecer una empresa de distribución de equipo, pues al estar involucrado en este deporte
empezó a fabricar piezas de madera como volúmenes o “piedras” para fijarlos en los muros artificiales.
“Lo inició con su papá, eran para nosotros, pero ya hemos vendido algunos, incluso para eventos nacionales”, dijo.
Debido a que empezó a destacar en este deporte, recibió la invitación para ser representante de la empresa FrictionLabs,
fábrica de producto magnesia o talco para uso de atletas, de los zapatos Mad Rock y del equipo Black Diamond,
que incluye ropa y cascos.
Al trepar los muros, el joven siente una sensación de logro que merece ser compartida, por lo que no rechaza
las invitaciones a dar pláticas motivaciones en campamentos.
Practicar deporte, aseguró, mantiene la mente sana y aleja de los vicios de drogas y el alcohol.
Visitas regulares a La Huasteca, El Salto y Potrero Chico, en Nuevo León,
le permiten medir su fuerza y meditar sobre su futuro.
Y es que faltan tres años para Tokio 2020, un sueño que tiene anclado en su corazón.
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