Es como estar en El Vaticano, pero en Reynosa, admirando una fiel reproducción de la Capilla Sixtina. Y para que los visitantes puedan sentirse como si estuvieran en esta sede papal, donde se realiza el Cónclave, huele a incienso de lágrima y se escuchan cantos gregorianos.
Más aún, un video de 15 minutos al inicio refleja la complejidad y el esfuerzo del artista Miguel Ángel para realizar una obra que deja perplejos a quienes tienen la oportunidad de verla. La parte de la bóveda, durante años, tuvo que pintarla acostado sobre andamios, a un poco más de un metro de distancia de él hacia el techo donde la plasmó, soportando que la cera de las velas que apenas iluminaban sus trazos escurriera sobre su rostro, al igual que gotas de pintura.
Caminar por sus pisos de mármol en reproducciones de fotografías protegidas con acrílicos y contemplar la imagen de la Creación, la de Dios Padre extendiendo su dedo índice para tocar la mano de Adán, los Papas de aquella época así como los cientos de figuras angelicales entre nubes, se entrelazan con demonios y representaciones celestiales…todas ellas pintadas por “El Divino”.
La réplica de la Capilla Sixtina fue inaugurada el 16 de junio a las 20:00 horas en el Parque Cultural Reynosa, y la exposición fue coordinada por Gabriel Berumen, director de logística del proyecto en México.
Ya fue exhibida en la Ciudad de México, Querétaro, Toluca, Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Mérida y Torreón, ya rebasó los 2 millones 900 mil visitantes en una gira de dos años que se prolongará a siete en todo el país. Considerándose, además, la posibilidad de que continúe recorriendo Estados Unidos.
UNA OBRA DE MEXICANOS
La estructura de la capilla mide 25 metros de alto por 30 de ancho y llegó en 42 tráilers para ser armada por dentro y por fuera en 12 días.
Los visitantes pueden observar el más mínimo detalle como los relieves de sus paredes, las bancas de concreto, el altar; las pinturas colocadas en enormes lienzos realizados con dos millones 700 mil fotografías digitales.
Miguel Ángel Buonarroti pintó el tema de la Creación del libro de Génesis sobre el origen de la humanidad, además de alertar las conciencias para el juicio final.
“Con él colaboraron otros artistas como Perugino, Boticelli, Ghirlandaio, Signorelli y Roselli”, explicó Berumen.
En este proyecto participó un grupo interdisciplinario de alrededor de 120 profesionistas: arquitectos, fotógrafos, escultores, escenógrafos e ingenieros mexicanos, en conjunción con artistas de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico.
RECORRIDO
La exposición fue inaugurada por el gobernador Francisco Javier Cabeza de Vaca, su esposa María Gómez de Cabeza de Vaca, directora del Sistema DIF, el alcalde sustituto Alfonso Peña, María Isabel Gómez, secretaria de Turismo y monseñor Eugenio Andrés Lira Rugarcía, obispo de la Diócesis de Matamoros.
Sobre los pisos de mármol se camina y se pasa por una transena, o división con imágenes de ángeles en los que se observan imperfecciones, igual que en los originales.
Del lado derecho a lo alto hay un balcón, el coro, que se usa para ocasiones especiales.
En el altar hay un cristo elaborado por el artesano mexicano Agustín Parra. Al frente un banquillo o silla que sí es original y data del año 1600.
Todas las imágenes se imprimieron en enormes lienzos que después fueron costurados, en un trabajo muy detallado para dar la ilusión de estar en el interior de la Sixtina.
Participaron dos curadores mexicanos con la autorización directa de El Vaticano, para realizar esta muestra itinerante.