Con más de 60 años como médico veterinario zootecnista, abrió un parteaguas en esta área en la región.
Motivado por su tío Fernando y por el amor que le tenía a los animales, el médico veterinario zootecnista Luis Parra Fernández decidió estudiar esta carrera que ejerció durante más de 60 años en Reynosa, donde atendió y ofreció sus servicios médicos a más de 200 mil animales.
Por su dedicación y profesionalismo, fue decano y pilar de la medicina veterinaria en Reynosa, fundador de la Asociación de Médicos Veterinarios y fungió como primer primer presidente en el periodo de 1993 a 1994.
Su primer viaje a la ciudad de Reynosa fue gracias a la invitación de Nazario Cantú para trabajar en una forrajera, por lo que después de casarse decide establecerse aquí con su familia, e iniciar un negocio en la calle Bravo, en la zona centro.
Pasados los años, en 1973 funda la Veterinaria Parra, un lugar que ha hecho historia en esta frontera, y de la que se despide para heredar el legado a sus hijos, al fallecer a sus 87 años de edad, el 24 de septiembre de este año.
LA EDUCACIÓN, UN DEBER
Luis Parra Fernández, el gran ser humano que dedicó su vida al cuidado de los animales, nació en el municipio de Texcoco, Estado de México, el 25 de julio de 1934 en el seno de una familia de seis hermanos, quienes aprendieron de él y de su madre, Rosy Muñoz de Parra, a trabajar y esforzarse por cumplir sus metas.
Desde los seis años, Luis salía muy temprano a vender el pan que elaboraban sus papás, para después acudir a la escuela primaria, pues la educación era más que un deber.
Al considerar que un hombre con estudios tiene más oportunidades en la vida, a los 12 años viajó al Distrito Federal para continuar la secundaria, ciudad donde al mismo tiempo trabajó en una fabrica de juguetes para ayudar en los gastos familiares.
Al tiempo que cursaba sus estudios en una preparatoria adscrita al Instituto Politécnico Nacional incursionó en el ramo ferroviario.
Después ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México donde estudió un año, ya que se fue a vivir al Puerto de Veracruz y en la universidad veracruzana concluyó la carrera de médico veterinario zootecnista.
FORMA UNA FAMILIA
Antes de graduarse se convirtió en jefe del área de porcinos de la Posta Zootecnista de la entonces SARCH, hoy SAGARPA.
Durante una visita que realizó a la Secretaria de Agricultura y Ganadería en la ciudad de Mexico conoció a Nazario Cantú, el que lo invitó a radicar en la Ciudad de Reynosa para trabajar en una forrajera.
Después de vivir un año en esta ciudad, regresó al Puerto de Veracruz solo para contraer matrimonio con su novia Rosa María Muñoz Tejeda, a quien conoció durante el tiempo en el que vivió en ese lugar.
Con ella formó una familia en la que procrearon tres hijos: José Luis, Jorge Alberto y Víctor Alejandro a los que les inculcaron los mismos valores que sus padres sembraron en ellos.
RECONOCEN SU TRAYECTORIA
Junto a su esposa abrió por primera vez las puertas de un negocio propio, una veterinaria que se ubicaba en la calle Nicolás Bravo en la zona centro de esta ciudad, donde permaneció por nueve años.
Años después, en 1973, funda la Veterinaria Parra en donde se especializó en especies grandes. Se distinguió por realizar inseminaciones artificiales al ganado, tarea que le permitió ser nombrado director de Inseminación artificial por parte de la Secretaría de Agricultura y Ganadería.
Con el tiempo decidió dedicarse solo a especies más pequeñas, iniciando así una notable carrera de trabajo diario.
Fue decano y pilar de la medicina veterinaria en Reynosa, fundador de la Asociación de Médicos Veterinarios y fungió como primer primer presidente, durante el periodo de1993 a 1994.
Era habitual contar con su presencia año con año en las distintas convenciones y congresos internacionales realizados en Europa, Estados Unidos y México, desarrollándose profesionalmente y manteniéndolo a la vanguardia.
Por su valiosa trayectoria recibió importantes reconocimientos.
Su preparación fue constante sin importar su edad, pues a sus 64 años curso el diplomado en medicina, cirugía y zootecnia para perros y gatos en la Universidad Nacional Autónoma de Mexico.
En 1998 y en 2001 recibió el premio estatal como médico con mejor trayectoria.
El doctor Luis Parra demostró en su vida que con disciplina y preparación continua se pueden lograr sus objetivos.
Deja un legado de incansable trabajo a su apreciable familia; su esposa, hijos y nietos.
Innegablemente fue un parteagüas en la medicina veterinaria de la región.