POR Alejandra Arellano
Estos días en casa debido a la pandemia han despertado la creatividad entre las personas para enfrentar la nueva realidad.
La vida no es ni será la misma: la forma de relacionarse, convivir, trabajar, estudiar, hacer las compras y hasta divertirse han cambiado. Sin embargo, estos meses de confinamiento han inspirado a los artistas y emergentes de las diferentes disciplinas para continuar desarrollándose.
Keka Kuri, Imelda Rivera Nuño y Liliana Sierra dieron sus mejores pinceladas en las artes plásticas, mientras que Alisma de León, en la literatura, continuó con algunos proyectos, y Rossy Evelin Lima de Padilla terminó de escribir un libro.
Obra de la naturaleza
Liliana Sierra siempre se ha sentido atraída por el arte, y la permanencia en casa durante esta cuarentena le abrió la oportunidad de aprovechar el tiempo para inspirarse y pintar. Antes lo hacía pero sin tanta dedicación.
En estos tiempos de incertidumbre y miedo, ella encontró en una flor (tulipán) las obras maravillosas de la naturaleza.
“Traté de imitar con mucha paciencia las líneas de la flor y de las hojas, pero siguiendo mi propio estilo e instinto”, comentó.
Alegría en tiempo de pandemia
Mientras que para algunas personas el coronavirus pintó sus días grises, para la artista Imelda Rivera-Nuño fue todo lo contrario. Sus pinturas en estos meses reflejan colores alegres y fuertes, mensajes positivos que quiere transmitir a la gente.
En una de ellas, titulada “Bendición”, escribe la oración del Padre Nuestro y las palabras de vivir, reír y amar, sentimientos y acciones que en tiempos difíciles es cuando más debemos profesar.
Escribir, un ejercicio sanador
Para la doctora en lingüística y traductora, Rossy Evelin Lima de Padilla, el confinamiento que vivimos da una falsa ilusión de tener tiempo disponible.
“La ilusión más clara para mí fue pensar, ‘con todo este tiempo, por fin podré leer y escribir a mi gusto’ ”, considera.
La realidad, consideró, fue muy distinta. “Las primeras dos semanas fue difícil mantenerme concentrada en un libro. Brincaba de uno a otro como quien busca un ladrillo seco en un charco.
‘De pronto, llegó a mis manos un libro titulado “El contador de Flores”, en maya k’iche’ y español escrito por Ajq’ij Diego Adrián Guarchaj Ajtzalam. Este libro calmó mi corazón. Los poemas son más bien oraciones que me provocaron estar en comunión con todo. Hay un poema dedicado al hogar que me conmovió mucho. Jamás le había agradecido a mi casa por su bondad, por acogerme y protegerme. En estos momentos en los que todo afuera es caos, mi casa es un abrazo cálido y protector”, expresa.
Además de leer, logró terminar de escribir un libro muy querido para ella, se titula “Nawi: una perrita diferente”. Cuenta que siguiendo la leyenda de la creación del xoloitzcuintle, Nawi recibe la visita de su creador, el dios Xólotl, quien le trae un mensaje muy importante.
“El mensaje nos invita a sentirnos orgullosos de nuestra herencia cultural, a saber que lo que nos hace diferentes nos da fortaleza y que nuestros antepasados viven en nosotros”, relata.
Por ahora, ha decidido enfocarse en la escritura, lo que le ha resultado un ejercicio catártico y sanador.
Tiempo de transformación
Para la artista Rebeca “Keka” Kuri esta pandemia ha transformado a la gente de alguna forma. A ella le ha dado el tiempo de comenzar nuevos proyectos que tenia la inquietud de hacer.
“Siempre he querido ser escultora. En marzo tuve la oportunidad de tomar clases de barro y ahora estoy en ese aprendizaje y práctica”, señaló.
Pero en esta cuarentena además continuó pintando obras para “complacer a sus coleccionistas”. Keka considera que la adversidad saca el límite de los seres humanos y de lo que son capaces por hacer.
En estos meses ha seguido aprendiendo técnicas nuevas de pintura, además de aprovechar para crear unos novedosos y artísticos cubrebocas, un accesorio que al parecer será parte de la nueva realidad, para usar con estilo.
Cordura y equilibrio
Al inicio de la cuarentena la escritora Alisma de León no tenía la suficiente concentración para enfocarse en los proyectos pendientes, pero a medida en que logró un orden entre sus tiempos para consumir la información del día, el trabajo y el cuidado de sus hijos y casa, retomó el proceso de revisión de un proyecto de novela doble.
También comenzó el bosquejo de otro proyecto de escritura y continuó un poco con la promoción, ahora virtual, de su libro de cuentos: “Nadie verá la destrucción”, presentado en la UANLeer justo tres días antes de que se declarara la cuarentena.
“Me parece vital, en estos tiempos, estar informados, pero a la vez intentar un equilibrio entre esa necesidad de información y las actividades o proyectos (de cualquier naturaleza) que nos interesan, para mantener, así, un poco la cordura”, reflexionó.