Pescar es un deporte que sigue practicándose en las presas de esta frontera. Un grupo de amigos de manera cotidiana cada mes se reúnen para pasar un momento agradable. Se trata de pesca deportiva, así que lo que capturan después se devuelve al agua.
POR JOSé LUIS MONTEMAYOR
Desde que empieza a preparar su caña ya está emocionado, desesperado por reunirse con sus amigos de la pesca. Atento a que en su caja no falte un reel, los hilos y señuelos. Es una emoción que sólo un pescador puede sentir.
Este es un deporte que se sigue practicando en las presas de esta frontera, tanto en el lado de Tamaulipas como de Texas. De manera cotidiana cada mes se juntan con el fin de pasar un momento entre amigos y de paso olvidar el estrés laboral.
José Reynaldo “Geremías” Cázares Chapa y José Esparza Rosales, de Bass Fishing Association, aseguran que las presas de Tamaulipas están catalogadas como las mejores del país.
“Si me dices te vas a morir mañana, si me muero pescando seré muy feliz; una vez un gringo me dijo algo parecido, porque se irá haciendo con lo que le gusta. Yo sí quisiera retirarme para vivir en una casa cerca de una presa, para pasar mi vejez en ese lugar, si Dios me presta vida”, asegura Cázares Chapa.
Platicó que tiene 18 años pescando en presas como en lagunas de agua salada en el Golfo de México. Lo ha hecho en la Isla del Padre, Punta de Piedra, Tepehuaje y Soto La Marina, donde acampó y disfrutó de la flora y fauna de la región.
También conoce presas de agua dulce del Estado como la Marte R. Gómez o “El Azúcar”, ubicada en Comales, la Falcón en Nueva Ciudad Guerrero, la Vicente Guerrero en Padilla, donde se ofrece el servicio de hoteles y restaurantes.
“Lo ideal al hacer una visita es salir un viernes en la tarde para regresar un domingo a Reynosa. Es dormir viernes y sábado en la noche, para volver a más tardar a las 5:00 de la tarde, normalmente vamos de cuatro a diez personas y alguno de nosotros se hace responsable para hacer la cena, es típico el convivio y la carne asada en la noche”, explicó.
A diferencia de un grupo de cazadores, no se requiere rentar un rancho para la cacería, porque en la pesca aunque no se usan armas, se requiere un permiso anual, de Conapesca para México en 700 pesos o de Texas Parks and Wildlife Departament en Estados Unidos, en 80 dólares.
“En Estados Unidos si no tienes el permiso puedes ser acreedor a una multa de 350 a 500 dólares, o de no cumplir con el número y peso de los pescados. Para ello te dan un libro para respetarse los límites, en México no son tan duros”, indicó.
Los pescados clásicos son la trucha pinta, la corvina, el tambor, el róbalo de agua salada, el lenguado, normalmente se pueden sacar cinco pescados que midan de 15 a 25 pulgadas.
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