Como cada año en junio se reconoce de manera especial a los padres de familia.
Son los reyes del hogar y cada uno posee cualidades únicas que lo hacen diferente a los demás.
Eucario Durán Rivas es un papá ejemplar, además de excepcional porque, como pocos, la cocina es un lugar de la casa que no sólo se lo deja a su esposa María Aurora Ramírez, ambos lo comparten dándole el mejor sabor a la comida.
Con sus propios ingredientes sazonó esta entrevista en la que descubre su faceta como papá, además de ponerse el birrete y el mandil para preparar una deliciosa cochinita pibil que bien puede ser la sugerencia del menú cuando haya que celebrar al hombre de la casa. a
Don Eucario se casó en Reynosa el 10 de enero de 1986 y dos años después arribó la cigüeña con “Cayín”, su único hijo.
Para él ser padre lo alimenta en espíritu y lo motiva a vivir, es un compromiso permanente, porque un hijo no deja de serlo cuando es adulto o se casa, la responsabilidad continúa hasta el final de la vida.
Agregó que la educación empieza desde la casa, basada en los principios que les inculcaron a ellos sus padres desde que estaban en el seno familiar, los mismos que se deben transmitir a los hijos para que en un futuro sean personas de bien.
“Van pasando los años y ves que tu hijo va aplicando lo que le has enseñado formándolo como un gran hombre y abriéndole las puertas en la vida”, enfatizó.
DE LO QUE HABLAN
“Platicamos de cosas que le pasan en la escuela, en la vida diaria, de sus experiencias. Le damos consejos, recomendaciones y eso es realmente lo que nos une como familia, como amigos, de que todos los días tenemos comunicación”, comentó.
Reconoció que por tener un solo hijo su mundo gira alrededor de él, agobiándolo de algún modo.
Sin embargo, también sabe disciplinarlo para que cumpla con sus obligaciones y se forje metas.
Y como el buen juez por su casa empieza, como padre ha sido su ejemplo.
En cuanto a satisfacciones personales, don Euca