Aprovechando que es el mes de los niños, dedicaré este espacio para hablar de la importancia de su infancia.
El ser humano tiene la capacidad de transformarse y adaptarse al medio. Tiene capacidad de cambio y siempre querrá estar mejor. Es por eso que los adultos debemos cuidar a los niños y luchar para que sean felices… es la única manera de que se conviertan en personas resilientes, empáticas y, sobre todo, felices.
¿Cómo lograr que tengan una infancia feliz y crezcan considerándose personas queridas, comprendidas y que están creciendo en un núcleo familiar estable en el que son importantes? Se puede conseguir si se pone empeño a diario, y tomando en cuenta estos consejos:
• Regala tiempo y dedicación. Lo mejor que puedes hacer es regalarles tiempo de calidad y presencia. Necesitan sentir cómo son importante en tu vida y cómo tu dedicación hacia ellos no tiene fin. Requieren tiempo para jugar contigo, para que los veas mientras platican, para cocinarles, para leerles, para llamarles la atención, para brindarles autonomía, para comer y cenar con ellos, para dormir, para cantar, para entender sus emociones, para calmar un llanto explosivo… ¡para todo!
Reparte ese tiempo por semana para hacer de calidad cada día, de lo contrario, no lo lograras.
• Enséñales a vivir con ganas. A darse cuenta de que la vida es un regalo de la naturaleza y que cada día es maravilloso. No hay que respirar para sobrevivir, no hay que pasar los días pensando en lo malo que sucede o las cosas que pueden ocurrirnos negativas. Enséñales a vivir viendo el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Que sepan que son capaces de conseguir aquello que se propongan, porque no hay nada más fuerte que nuestro propio pensamiento ante la vida.
• Deja que jueguen y que hagan ruido. Un niño que juega y hace ruido es un niño feliz y sano. Proporciona a tus hijos oportunidades de juego de cualquier tipo: con agua, con tierra, con materiales diferentes… permite que su cuerpo y su mente se muevan, que aprendan jugando, que rían saltando… ¡la vida hay que vivirla y jugando es la mejor forma de saborearla!
• Cuida la buena comunicación. Para cuidar una buena comunicación es importante que les escuches, aunque no te digan nada concreto, que hables con ellos. Es fundamental que tus hijos se sientan escuchados y comprendidos todo el tiempo.
Cuando tu hijo te hable, detente y escucha lo que tiene que decirte. Si estás haciendo algo, con cariño dile que cuando acabes le escucharás. Y luego, hazlo.
Dile que estás listo/a para escuchar todo lo que tiene que decirte y activa todos tus sentidos para hacerlo.
• Acepta a tu hijo. La mayor muestra de amor que puedes ofrecer a tus hijos para que tengan una infancia feliz y puedas evitar las heridas emocionales es: aceptarle tal y como es. Ámale de manera incondicional puesto que ésta es la base de su autoestima. No debes hacerle sentir avergonzado de su cuerpo, ni de su peso, ni de cómo se ve con cierta ropa.
Tus hijos no necesitan regalos caros. Ellos necesitan tu tiempo, tus abrazos, tus besos, tus buenas palabras, tu amor incondicional… todo lo que puedas ofrecerle sin juicios y con total aceptación. Así, podrás construirles una infancia feliz.