Una de las atracciones turísticas más notables en el Valle de Texas es su biodiversidad en especies silvestres de reptiles, insectos y aves, siendo estas últimas las más bellas.
Alrededor de quinientas especies convergen durante su trayecto migratorio en esta región que se asienta en los márgenes del río Bravo, para alimentarse, tomar fuerza y muchas de ellas para anidar y preservarse.
Este conglomerado de parques y reservas ecológicas que supera las ocho hectáreas de superficie y casi 200 kilómetros de longitud, recibe el nombre de World Birding Center (WBC) y en el sur de Texas está integrado por nueve sitios, entre ellos “Quinta Mazatlán” en McAllen.
Esta última finca es un santuario urbano, cuya misión está encaminada a enriquecer la vida de las personas en el conocimiento de la vida silvestre, además de que el edificio ha sido testigo de importantes eventos del Valle de Texas, guardándolos en la memoria de la historia y de sus amplias paredes.
FLORECE EL VALLE
Desde su construcción en 1935, la mansión ha sido considerada como una joya de la arquitectura local que revive el estilo español de la época Colonial. Por largo tiempo fue una residencia privada colmada de lujos, en la que cada detalle lo demuestra, como es su gran tina estilo romano y mosaico de talavera.
En cuanto a su construcción posee la distinción desde aquel entonces y, aún en nuestros días, como la estructura hecha de adobe más grande de Texas con cerca de mil metros cuadrados.
Más de sesenta años después y tras cambiar de dueño en dos ocasiones, su constructor, Jason Matthews y después, Frank Schultz, la quinta fue puesta a la venta con la posibilidad de ser subastada al mejor postor.
Sin tomar en cuenta su gran valor histórico y belleza, algunos inversionistas vieron la posibilidad de demoler la construcción de adobe para emprender otro tipo de proyectos, debido a su cercanía con la Plaza Mall y el aeropuerto internacional. Sin embargo, la ciudadanía rechazó la propu