El 6 de enero, como ya es tradición, en los hogares católicos se recibe a los magos de Oriente con la encomienda de dejarles juguetes a los niños que se portan bien. Es un día en el que se come pan de rosca en familia, el cual lleva algunos muñecos que simbolizan al Niño Dios.
Los comensales disfrutan una rebanada de rosca, mientras que a aquellos que les salió el monito dentro del pan tienen el compromiso de hacer tamales el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.