Por una cultura de vida. Al menos 8 millones de toneladas de plástico llegan al océano cada año. Equivale a arrojar el contenido completo de un camión de basura por minuto.
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Sin remordimiento, los humanos han convertido en basureros los océanos. La contaminación está ahogando los mares; ríos de basura y playas sofocadas por bolsas de plástico se han convertido en el alimento de los animales generando daños irreparables a las especies que los habitan.
En promedio una persona utiliza 250 bolsas plásticas al año, lo que se transforma en 97 mil toneladas de residuos a nivel mundial; tardan sólo algunos segundos en producirlas, se usan menos de 30 minutos desde el supermercado a la casa y demoran cerca de 500 años en biodegradarse. Sólo en México se usan hasta 20 millones.
De acuerdo a los datos de la ONU, se consumen 5 billones de bolsas de plástico en el mundo al año, la mayoría hechas de polietileno, un derivado del petróleo.
Un 90% de éstas termina en vertederos o en el mar, donde son consumidas por aves y peces.
Al menos 8 millones de toneladas de plástico se abren camino hasta el océano cada año. Esto es el equivalente a arrojar el contenido completo de un camión de basura por minuto.
DEVASTACIÓN A CORTO PLAZO
Más allá del costo financiero, si no se toman las medidas urgentes necesarias, el impacto ambiental causará que los mares contengan más plástico que peces en el año 2050.
En México no existe una ley federal que establezca la prohibición nacional del uso de bolsas plásticas no biodegradables, pero sí hay disposiciones estatales, en el entonces Distrito Federal de la Ciudad de México se prohibió su uso mediante la modificación en el año 2010 de la Ley de Residuos Sólidos del 2003.
En el caso de Tamaulipas, el 5 de octubre de 2018 entró en vigor el decreto del Gobierno del Estado por el que se prohíbe el uso de bolsas de plástico en los comercios de Tamaulipas.
Sin embargo, en el artículo 7 se precisa que las bolsas deberán producirse incorporando un porcentaje mínimo de 30% de material reciclado y tendrán que ser fabricadas con otros de ágil degradación. Este porcentaje permitido está muy lejos de ayudar con el problema.
Dos medidas que no se han seguido, ni contemplan vigilancia alguna y menos aún sanciones por incumplimiento.
SIGAMOS EL EJEMPLO DE CHILE
En 2018 Chile promulgó la ley que prohíbe las bolsas de plástico en comercios, el primero en adoptar esta legislación en Latinoamérica.
Desde el mes de agosto de 2018 y hasta que se venza el plazo de adecuación de seis meses se podrán entregar un máximo de dos bolsas plásticas a los consumidores, por cada compra que realicen.
Además se establece una multa de 370 dólares por cada bolsa de plástico entregada para quienes incumplan la ley.
Además de Chile, algunas provincias de Argentina, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Colombia, Costa Rica y Panamá han implementado medidas de lucha contra las bolsas de plástico.
Otros países que otorgan multas e impuestos y prohíben la entrega de bolsas en los comercios son Suiza, Taiwán, Israel, Singapur, Canadá, Australia, Dinamarca e Italia, entre otros
MEDIDAS ECOLÓGICAS CON EFECTO ALTRUISTA
En la mayoría de los países se han tenido que establecer impuestos y tasas que obliguen a los proveedores de bolsas plásticas desechables a cumplir las regulaciones.
En Inglaterra, por ejemplo, se impuso una tasa obligatoria de cinco peniques por el uso en centros comerciales, cantidad que se destinará a obras de caridad.
A partir del 2011 en España se aprobó un anteproyecto de ley de residuos para reducir el consumo paulatinamente hasta suprimirlas en 2018.
En Francia fue aprobada la prohibición de la entrega y/o venta en los supermercados franceses, en Alemania los comercios minoristas voluntariamente cobran a los clientes por las bolsas y en los supermercados alrededor de 10 a 15 centavos por cada una.
En Senegal se prohibió la producción, importación, venta y distribución de estas bolsas en todo el territorio nacional.
Desde el año 2002 autoridades irlandesas implementaron el PlasTax, un impuesto del 20% que se aplica a los usuarios de bolsas plásticas. La medida causó efecto de inmediato: el consumo de bolsas cayó en un 90% y el dinero recaudado fue destinado a programas de protección ambiental y de reciclado.