La presidenta del Club de Cultura Musical manifestó sentirse honrada por el cargo que le han conferido.
La música de los grandes clásicos empezó a sonar hace 66 años en Reynosa al fundarse el Club de Cultura Musical, integrado por señoritas de sociedad, quienes, desde entonces, se interesaron porque la batuta de los grandes maestros dieran la pauta más allá de las paredes de sus residencias.
Su primera aportación, entre muchas otras, fue la donación a la Casa de la Cultura de Reynosa, en 1980, de un piano de cola con la finalidad de que la comunidad artística musical pudiera desarrollar su talento. La entrega se hizo durante el periodo en el que fungía como presidenta Gloria Rivera de Engel.
Recientemente, tienen la satisfacción de haber iniciado en 2005 los conciertos didácticos para acercar a los niños y jóvenes a la música académica.
Entrevistada al respecto, la presidenta actual del club, Angelina Estrada de Hernández, señaló que el interés principal del club es ayudar y promover a los nuevos valores reynosenses, a los cuales han apoyado con becas para que continúen sus estudios en el extranjero y, económicamente, para que tomen cursos de perfeccionamiento, además de que tengan la oportunidad de participar con otras orquestas de Europa y Estados Unidos.
Como ejemplo, citó al contratenor Daniel Vargas Escareño y a la violinista Sabine Olmedo Gaytán, quienes viajaron a Alemania y a Italia, respectivamente; el primero, a un curso de perfeccionamiento y, la segunda, a un Encuentro de Orquestas que se llevó a cabo en Turín.
SUS ORIGENES
Todo comenzó con una plática de amigas entre Paquita Guajardo de Garza Zamora y la señora Pate, esposa de John Pate, quien en aquellos años era un hombre muy importante en Hidalgo, Texas, y ella pertenecía al McAllen Music Club.
En esa conversación Paquita recibió la invitación para crear en Reynosa un club que fomentara la música y que fuera accesible a la población en general.
Decidió aceptar la propuesta y le pidió a su sobrina Berta Garza de Peña que invitara a sus conocidas, a quienes les pudiera interesar, y que además tuvieran inquietudes artísticas.
Fue tal el regocijo, que el 4 de febrero de 1949 se crea el Club de Cultura Musical de Reynosa con alrededor de 16 jóvenes entre 17 y 25 años de edad, las cuales se integraron en una membresía.
La primera reunión fue en casa de la fundadora. Esa tarde eligieron a Berta Garza como presidenta y a Constanza Reséndez de González como vicepresidenta. Desde entonces, iniciaron con las actividades y su lema fue: “Por el fomento de la cultura musical en Reynosa”.
Paquita de Garza Zamora se encargó de establecer los estatutos, el lema y el protocolo del club, al que siempre apoyó y le tuvo mucho cariño.
Entrevistada al respecto, Berta Garza de Peña, una de las socias con mayor antigüedad dentro del club, informó que el objetivo principal ha sido promover la música clásica y conocer más acerca de los grandes compositores de esa época, tales como: Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Johann Sebastian Bach, entre muchos otros.
Mencionó que en sus inicios participaban en un programa de radio, de media hora, en el que conversaban sobre la vida y obra del músico seleccionado y se tocaban sus piezas más representativas con discos de acetato que ellas mismas llevaban.
El programa tuvo tanto éxito que se extendieron a una hora, y así fue por algunos años, hasta que terminó su ciclo.
Recordó que a los 18 años de edad tuvo que viajar a Monterrey para continuar sus estudios, así que la vicepresidenta ocupó la dirección y el club continuó en ascenso.
Señaló que las reuniones se realizaban cada primer lunes del mes, donde se pasaba lista de asistencia y se programaban los eventos, sin olvidarse de las felicitaciones a las cumpleañeras en curso.
Detalló que de acuerdo a la propuesta de cada socia, se podía realizar un recital de piano o un concierto operístico.
En ocasiones, incluso, el Club de Cultura Musical de Reynosa y el McAllen Music Club se unían para organizar un espectáculo. De la misma forma, asistían a una ciudad o a la otra como invitados especiales.
Recordó que en aquel entonces la Casa de la Cultura de Reynosa aún no existía así que utilizaban como auditorios el de la secundaria José de Escandón, el Casino Petrolero y el Casino Club Rotario.
Desde el principio, en los años cincuenta, su programa estuvo conformado por artistas nacionales y extranjeros como el violinista Michael Wilkomirsky y los pianistas Lester Beattie y Lester Beattie Jr, de origen estadounidense; la Sinfónica del Valle de Texas, antes de Pan-Am College, el conjunto de acordeones de los hermanos Mora Arriaga, la soprano Sonia García de McAllen, la Banda Sinfónica de la escuela preparatoria de Edinburg, el Ensamble de Cámara de la Sinfónica del Valle de Texas así como el pianista mexicano Félix Villanueva, además de algunos valores reynosenses. En 1973, agregó, tuvieron el placer de contar con el tenor Carlos De la Sierra, y en 1990 a la Orquesta de Cámara del Valle de Texas bajo la dirección de William Bubidar.
Violinistas, cantantes de ópera, pianistas, ensambles y orquestas de cámara han formado parte del club musical desde sus orígenes.
Aclaró que gracias a los patrocinadores y al aporte de las socias pueden llevarse a cabo los conciertos, ya que todos los eventos que organizan son gratuitos.
“Ha sido difícil en algunas ocasiones, pero no imposible”, comentó doña Berta.
AL ALCANCE DE TODOS
Angelina Estrada Camino, por su parte, consideró que una de las primeras aportaciones que realizaron desde la creación del club fue la donación de un piano de cola a la recién creada Casa de la Cultura de Reynosa, durante el periodo como presidenta de Gloria Rivera de Engel.
La finalidad era que la comunidad artística musical tuviera donde desarrollar su talento y continuar con su aprendizaje.
Tienen la satisfacción, además, de haber iniciado los conciertos didácticos en la Casa de la Cultura, para acercar a los niños y jóvenes a la música académica. Proyecto que se llevó a cabo durante el ejercicio 2004-2005, siendo la presidenta Gloria
Rivera de Engel, y con el apoyo del pianista José Luis Hernández
Estrada.
“Es asombroso, pues no sólo es el concierto, la música y los autores. Es ver la maravilla de los niños en sus ojos, ya que la mayoría de ellos no ha pisado nunca un teatro o asistido a un evento de este tipo”, manifestó.
En los conciertos didácticos se ha contado con la participación del Ensamble “Euterpe”, el pianista Juan de Dios Ocampo y el concertista José Luis Hernández, quienes con gusto han aceptado esta aventura.
Consideró que hasta el momento son más de 15 mil niños los que han tenido la oportunidad de disfrutarlos.
Haciendo un recuento, informó que el club ha colaborado a lo largo de sus 66 años con instituciones
públicas y privadas, para fortalecer el movimiento cultural de la comunidad.
Recordó que en los primeros años trabajaron en coordinación con el McAllen Music Club y con el tiempo en coordinación con el Ayuntamiento de Reynosa, la Casa de la Cultura, la Fundacion Herstrada IRCA, el Centro Cultural Reynosa y clubes en general.
Para ellas ha sido un honor ser parte del programa de espectáculos del Festival Internacional Tamaulipas.
Por otro lado, informó que en el 2006 adquirieron un piano eléctrico para poder llevar la cultura musical a más escuelas de las colonias populares.
Por medio de la estética musical, dijo, se pretende formar mejores ciudadanos.
MUSICA PARA EL ALMA
A sesenta y seis años de su fundación y de haber celebrado en febrero su aniversario, el Club de Cultura Musical, A.C. cuenta con cuarenta socias, todas ellas mujeres interesadas en la cultura.
Remontándose a los años pasados, evocó Angelina Estrada que Reynosa carecía de escenarios y los eventos culturales eran escasos, a los cuales sólo tenían acceso las familias acomodadas.
Sin embargo, expresó orgullosa que Reynosa se ha transformado pues ya cuenta con una orquesta que pertenece a Fomento Musical de
Conaculta y tiene uno de los mejores centros culturales del país, esto es, el Centro Cultural Reynosa.
Entre álbumes de fotos y recortes de periódicos, con profunda nostalgia manifestó sentirse honrada por el cargo que le han conferido como presidenta de un club con tanta historia.
También externó su admiración por las mujeres que tuvieron la visión de hacerlo posible, crecer y fomentar el espíritu musical en la gente.
“La música es la cura para el alma”, aseguró.
ASOCIACION CIVIL
El Club de Cultura Musical se fundó el 4 de febrero de 1949 y se constituyó como asociación civil el 14 de agosto de 1990, siendo la fundadora y asesora Paquita Guajardo de Zamora.
La asociación está conformada por diferentes comités, entre ellos el de Acervo Cultural, de Membresía, Programas y Prensa y Propaganda.
Cada una de las socias tiene deberes y obligaciones, de acuerdo
a su jerarquía, además de regirse por
artículos y reglamentos.
Bajo el lema: “Por el fomento de la cultura musical”, las socias están comprometidas a trabajar en pro de ésta y cada mes asisten a una junta donde las anfitrionas desarrollan un programa en un solemne acto protocolario en el que realizan un juramento: “La buena música, fuente de inspiración creativa, es idioma que hermana a todos los pueblos de la Tierra. Conocerla y amarla son tareas que ennoblecen el espíritu. Al fin de lograr los objetivos de difundir y fomentar la cultura musical juro fidelidad y respeto a este compromiso”.
Una oración de agradecimiento también incluyen en sus sesiones dándole gracias a Dios por sembrar en sus corazones el amor a la música y haberles dado la oportunidad de proyectar un poco de ese amor.