Por: Alejandra Zertuche Rodríguez
Psicóloga, máster en psicoterapia gestalt infantil
preguntas a la psicóloga
En el proceso de educación de los niños está plasmado que deben ser disciplinados para que su desarrollo sea armónico.
Coincido que establecer límites les permite percibir un entorno seguro y confiable en el que puedan desarrollar sus capacidades y asumir la responsabilidad de sus actos. Los que no se disciplinan se sienten perdidos y no confían en los adultos.
En general los métodos de disciplina se van a los extremos: al castigo (y de no funcionar) a la permisividad exagerada.
En cualquiera de los casos resulta por el cansancio diario y la monotonía de las rutinas que sufren los padres: no se detienen a pensar si hay otras maneras de educación más eficaces.
Algunas técnicas que pueden funcionar, de acuerdo a la forma de ser del niño:
√ Elogiar lo que te gusta de él. Revive aquellos momentos en los que se porta bien. Son una forma de reforzar las conductas que se quieren repetir.
√ Establecer rutinas. Las normas habituales evitarán conductas no deseadas. Si después de jugar debe recoger sus cosas, cuando no lo haga sabrá que está actuando mal y asumirá consecuencias.
√ Control del adulto. Cuando el niño adopta posturas negativas es porque se le dedica más tiempo del necesario. Por eso es importante no prestarle atención cuando su comportamiento sea inaceptable, en lugar de discutir con él. Así aprenderá que hay mejores maneras de comunicarse.
– Preguntar en lugar de ordenar. De esta forma aseguramos que conoce la respuesta y se le da la libertad de hacer las cosas, en caso contrario, sabrá las consecuencias de sus actos.
– Dar opciones de comportamiento. Elegir el orden en el que quieren hacer las tareas. ¿Prefieres bañarte antes o después de cenar?
– Tabla de recompensas. Establecer límites y reglas claras de manera escrita para reforzar una cantidad de acciones bien realizadas
– El ejemplo de los padres. Es la mejor técnica de disciplina positiva. Los niños imitan las conductas que les llaman la atención si no existen otras alternativas, así que los padres han de actuar con coherencia para servir de modelo.