Las formas de amar han evolucionado, se han adaptado a los cambios de vida. Los avances tecnológicos y el periodo de la liberación femenina son dos de los parámetros principales que marcan una notable diferencia. Las parejas de antes profesaban su amor a través de cartas, citas formalizadas con la anuencia de los padres y el intercambio de objetos personales en señal de afecto.
Actualmente a través de mensajes a distancia por WhattsApp y chats por Internet se realiza la comunicación. En el pasado el compromiso formaba parte de la relación, mientras que en el presente representa un mal temido, una alergia a la que cada vez más se rehuye. La poesía es lo que ahora son los post para expresarse amor.
El amor era rosa o rojo de acuerdo a la intensidad del mismo. Ahora es del tono con el que se mire: menos cursi, menos empalagoso, así que pudiera quedarse en un color neutro para evitar sobrecargarlo y estereotipar a los integrantes de la relación. Ella ya no se identifica con el rosa, porque no es una mujer sometida y puede ser tan apasionada como él sin sentirse señalada.
Ambos salen a trabajar, se encargan de las responsabilidades de la casa y tienen su propio espacio con los amigos. Se le conoce como igualdad e independencia; las relaciones se sostienen en reglas impuestas por cada uno. Los terapeutas de pareja coinciden en que la sociedad es menos clasista y cada pareja se conduce por el camino que desea, amándose a su manera. Si bien, hay que adaptarse a los cambios, es necesario reconocer que un abrazo, una caricia, un te amo que se escuche muy cerca del oído mientras el corazón se exalta, jamás se podrá sustituir por una frase en Messenger, un emoticono o un corazón que inspire a responder sólo con el pulgar apuntando hacia arriba.
El amor en tiempos del Internet
> Comunicarse a distancia.
> Apps de ligue.
> Frivolidad.
> Falta de privacidad.
> Menos interacción.
> Contacto directo emocional a la baja.
> Alergia a las responsabilidades.
> Relaciones moldeadas.