Por la pandemia del coronavirus lo mejor es practicar la resiliencia, esto es, la capacidad para sobreponerse a las circunstancia adversas.
Lamente suele permanecer en un dialogo interno constante, podemos tener varias conversaciones a la vez y eso no significa que padezcamos algún trastorno mental o estemos locos, simplemente que no hay tranquilidad, no hay claridad, ni paz mental.
Estos días han sido difíciles para todos, y digo todos porque considero que no hay una sola persona en este planeta que por la información del coronavirus tenga su mente ocupada en la incertidumbre o el miedo.
Los días siguen avanzando y nosotros junto con ellos. Las emociones se empiezan a alinear con la mente para bien o para mal y justo en este momento, en esta etapa es cuando debo ser responsable, –como quizá no siempre lo he sido de mí– y observar detenidamente qué pienso y siento, porque de ahí depende mi equilibrio y armonía para los siguientes días, meses y años.
Pudiste pasar por varias etapas y procesos. Puede ser que permanezcas en un encierro, sin salir y aparentemente nada avanza, nada se mueve en tu vida y todo está paralizado. O bien, eres de los pocos que sale de casa por despensa o a trabajar y ves el exterior desolado, lento, pues para tu salud física, mental y emocional sí hay movimiento.
LA VIDA, UN SUBIR Y BAJAR
Cada familia, cada individuo, estamos experimentando un paseo en una montaña rusa, y finalmente así es la vida, nunca es estática y siempre trae subidas y bajadas, pero lo que te va a caracterizar, al final, es la resiliencia que hay en ti. Esto es, la capacidad para sobreponerte a cada circunstancia adversa que tú no pediste, que no buscaste, que no deseabas pero llegó.
Se dice que el 5% de la población nace siendo resiliente, el resto aprendemos con la vida. Los que no nacimos con esta capacidad es el momento de aprender y vivirlo pero, sobre todo, entender que no tiene que ser difícil.
¿Quién dijo que la vida tiene que ser difícil? ¿Quién dijo que la vida es para sufrir? ¿Quién dijo que tengo que batallar para conseguir ser feliz? Justo ahora, justo hoy, justo en esta etapa de contingencia es momento de desprenderme de todo lo que he aprendido y no me funciona, todos esos hábitos inconvenientes, creencias y costumbres carentes de valores, de amor y de paz que solo me han dado insatisfacción.
MOMENTO DE HACER UN ALTO
Para el día de hoy ya leíste de todo, ya sabes lo que se te ofrece para pasarla bien y llevar más fácil estos momentos de encierro y de incertidumbre: rutinas de ejercicio, audio libros, clases de pintura, cursos online, manualidades, cómo conectar emocionalmente con tu pareja, tus hijos, meditaciones, consejos para padres, yoga, misa… Pero ésto no es nada, no significa nada, si tú no le das el valor.
El día de hoy te sugiero que te detengas, cierres los ojos, respires profundo y pienses si eres el ser humano que quieres ser, indistintamente de las circunstancias.
Que te preguntes quién estás siendo para ti, y para los que te rodean.
Te sugiero cuestionarte rigurosamente sobre si consideras que tu vida tiene sentido, y si no lo encuentras es momento de pedir apoyo, de ir con quien te puede ayudar porque en este barco vamos todos y siempre hay personas dispuestas a darte una mano.
Considera el apoyo de un especialista en la salud mental, porque esta situación que atravesamos a nivel mundial tiene un inicio y también un fin.
Cuando pasen los años y voltees atrás, al 2020, no te gustará recordarte como una persona floja, que desaprovechó el tiempo, se la pasó enojada, daba importancia al qué dirán, evitó llamar a sus seres queridos, escondió sus emociones para no mostrar su debilidad o se olvidó de expresar su amor…
O bien, te gustaría voltear y sentirte satisfecho de ti porque aprendiste y diste lo mejor de ti. Te abriste a recibir el amor de los demás y eso marcó la diferencia para que disfrutaras tu vida en el futuro y valoraras lo realmente importante. Cada día agradeciste de tu existencia y disfrutaste tu tiempo presente, guardando en tu corazón que Dios provee, que nunca has tenido carencias ni las tendrás, que vivimos en un mundo abundante y que hay de todo para todos, que cada quien ve la cara de la moneda como quiere.