POR Alejandra Arellano
Después de meses de confinamiento por el coronavirus, la economía a nivel mundial pende de un hilo, y la industria de la moda es uno de los sectores que se ha visto afectado.
Algunas cadenas de ropa, incluso, han cerrado sus puertas en ciertos países o reducirán el número de tiendas. Jamás hubiéramos imaginado que una de las marcas más redituables anunciaría una de estas medidas, como fue el caso de Victoria’s Secret. Desde inicio de año cuando empezaron a darse los primeros brotes del virus las cosas se vislumbraban mal. Y desde entonces los empresarios de la moda empezaron a tomar medidas para enfrentar una crisis que a la mayoría los tiene en números rojos.
Por un lado las puertas de las tiendas se cerraron, los malls y el conjunto de sus negocios dejaron de dar servicio y recibir a sus miles de clientes, pero por el otro las compras online se dispararon, un nicho de mercado que se verá al alza, y en el que han centrado la atención los empresarios.
El impacto negativo que ha causado el Covid-19 requiere nuevos comportamientos de esta industria para hacer frente a la nueva realidad que exige un servicio socialmente saludable.
En primer lugar considerarán compensar a las sociedad algunas de las externalidades negativas a las que la somete, esto es, resarcir el daño que les causa, por ejemplo, la polución de sus fábricas.
Las grandes marcas han aprovechado la oportunidad para hacer donaciones al sector salud. Tal es el caso de Prada o Armani que han donado fondos y equipo médico, mientras que Louis Vuitton aprovechó algunos talleres que tenían parados para fabricar batas para el personal de los hospitales.
El nuevo comportamiento de la industria de la moda
> Ventas online a la alza.
> Tiendas de segunda mano amplían su radio de acción.
> Ecología y comercio justo.
> Desfiles numerosos menos invasivos.