FOTOS VÍCTOR BRIONES
EDINBURG, TX.
Entre el recuerdo de sus canciones más exitosas, y con la camiseta de “Todos somos dreamers”, el vocalista pide hacer conciencia sobre el daño a la naturaleza.
Después de 35 años de haberse formado el grupo, los fans de Maná les perdonan hasta que hayan iniciado el concierto del 14 de noviembre en Bert Ogden Arena, tres horas después de lo programado.
Fher Olvera tenía problemas de garganta, pero aun sin autorización del doctor salió al escenario poco después de las 23:00 horas, y sin mayores preámbulos y con la voz medio afónica, gritó: “Esta noche la vamos a pasar de poca. Apenas empiezo a aliviarme, pero le dije al doctor: no te preocupes nos la vamos a pasar chin…”.
Y como si no hubiera pasado nada, se escuchó “Como te deseo”, y la gente empezó a cantar con él.
Fueron alrededor de 16 de sus éxitos los que interpretaron, de un programa inicial conformado por 22, además del tema del encoré, dos del show openers y tres del main set closers.
Con un fondo de pantalla que hacía referencia a las letras de sus canciones, el vocalista siguió con: “De pies a cabeza”, “Como un perro enloquecido”, “Me vale” y “Vivir sin aire”.
Para este concierto, el grupo pidió que les mandaran videos tocando una rola, y los participantes tendrían como regalo la oportunidad de tocar durante el show y serían acreedores a una guitarra Gibson. Y lo cumplieron.
Al empezar a sonar “¿Dónde jugarán los niños?”, el vocalista hizo una pausa para reflexionar acerca del compromiso que tenemos con la naturaleza.
“Vivimos en la Tierra y debemos conectarnos con ella, porque de lo contrario no sobreviviremos. Yo veo una generación de jóvenes más conscientes y comprometidos”, consideró.
Con un elefante gigante en tercera dimensión que se asomó de entre las cortinas del escenario, simulando estar dentro de un frondoso bosque, el vocalista aseguró que nadie es demasiado pequeño para hacer la diferencia, en referencia a la pequeña Greta Thunberg, una activista medioambiental sueca, enfocada en los riesgos planteados por el cambio climático.
“¿Dónde diablos jugarán los pobres niños?/ ¡Ay, ay, ay!/ ¿En dónde jugarán?/ Se está quemando el mundo/
Ya no hay lugar”, cantó Fher acompañado del público.
Y con las baterías de Alex González, el bajo de Juan Calleros, la guitarra de Sergio Vallín y las percusiones de Héctor Quintana prosiguieron con: “Corazón espinado” (cover) y “En el muelle de San Blas”.
Llegó entonces uno de los momentos que ya forman parte de los espectáculos de Maná, el drum solo de “El animal”, donde los platos y los toms parecían reventar a cada golpeteo a toda velocidad y continuo de las baquetas. Ante los aplausos del público se repitió el solo de batería por un espacio prolongado de tiempo.
Le siguieron con: “El reloj cucú” y “Te solté la rienda”, este último tema de José Alfredo Jiménez. “Eres mi religión”, “Mariposa traicionera” y “Clavado en un bar”, pieza que interpretó con la bandera de México envuelta al cuerpo.
Para el encoré y el show closers dejaron “Rayando el sol”. El tiempo de retraso que el público había esperado para verlos quedó en el olvido, asegurando que Maná hay para rato.