A más de cien años de su creación, la Catrina ha salido del papel para tomar forma y vida. Se le festeja, se le caracteriza y se le ve caminar con garbo y sin temor por las calles en México para celebrar el Día de Muertos.
La Catrina ha salido del lienzo y el grabado para ‘revivir’ el Día de Muertos. Creada por José Guadalupe Posada en 1912, y bautizada como la Calavera Garbancera por el muralista Diego Rivera, se popularizó en los periódicos de crítica de aquellos años los que escribían sobre la situación de México y de las clases privilegiadas.
Las imágenes de esqueletos y calaveras eran una forma común de denuncia y de crítica social.
Por un lado, un pueblo reprimido que quería aparentar un estilo de vida como el de las clases altas, y, por el otro, el espejo de las esferas más pudientes.
A la Catrina se le acompañaba de un catrín, un hombre elegante y bien vestido, al igual que ella.
Pero fue el esposo de Frida Kahlo quien la vistió con su estola de plumas, su enorme sombrero y su elegante vestido. El mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” es donde aparece al igual que Posada con su creación la calavera.
Surgieron también las calaveras literarias, composiciones en verso que en vísperas del Día de Muertos aparecen en los principales periódicos y revistas.
Para José Guadalupe Posada: “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas: güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”.
CIEN AÑOS DE VIDA
Con el tiempo, y a más de cien años de su creación, la Catrina ha salido del papel para tomar forma y vida, convirtiéndose en la protagonista de las celebraciones del Día de Muertos en México. Su popularidad se ha extendido a otras partes del mundo, y más que tenerle miedo se le venera, se le celebra, se le honra, se le inmortaliza.
En el siglo XXI sigue más viva que nunca y es parte de la riqueza cultural del país.
Protagonista de películas, musa de artistas y poetas, figura de decoración, inspiración de diseñadores, compositores e intérpretes, la Catrina es un símbolo para los mexicanos con los que representamos la vida después de la muerte. Una interpretación más espiritual que física.
MUERTE FESTIVA
Al hablar de calaveras y muerte, el olor a copal, el ambiente fúnebre, triste y sombrío, los colores fríos como el negro y el gris contrastan con la verbena popular con la que se celebra en México la muerte a través de las catrinas y altares de muertos.
Si Diego Rivera le puso sombrero y plumas, con el tiempo las catrinas se visten de llamativos atuendos llenos de encajes, tul, transparencias… y se pintan de colores. Su rostro y cabello se decora con lentejuelas, canutillos, flores, listones… el rostro en blanco con las cuencas de los ojos en negro caracterizan a la muerte en una fiesta en la que más que llorar se invita a festejar.