Las mujeres siempre han tenido determinación e influencia en lo que se hace en la vida diaria, sea o no reconocida.
Así se expresó Rigoberta Menchú durante su visita a esta ciudad. La ganadora del Premio Nóbel de la Paz 1992 dictó la conferencia “Mujeres formadoras de paz” el 13 de marzo a las 17:00 horas ante un público de más de mil personas en el teatro principal del Parque Cultural Reynosa.
“Lo más importante es que nos ayudemos mutuamente para encontrar las condiciones óptimas y hacer mejor nuestro trabajo. La educación es lo principal. Nuestras madres nos educaron de una manera impresionante y nos dieron sentido común para saber lo que ocurre alrededor nuestro”, aseguró.
La lìder guatemalteca se refirió a sus ancestros mayas quienes supieron manejar el concepto día-noche, por lo que ellas son también una parte dual de la sociedad que debe abrirse camino en la sociedad.
“A pesar de las dificultades que enfrenta la humanidad, nosotras somos una pequeña luz siempre al final del túnel, así que bendiciones, porque no venimos a quejarnos, no somos quejosas”, expresó para recibir aplausos.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, dijo que significa mucho porque es demostrar lo que hecho es a favor de los demás.
“Tener una manifestación de solidaridad a la otra persona es muy importante, porque la conciencia nace cuando uno ve lo bueno y lo malo que hacen otros y uno intenta ayudar”, comentó.
Menchú pidió la participación de la sociedad en la defensa de los derechos humanos para establecer mecanismos que ayuden a que se involucren todos por igual.
“Todo lo que hacemos las mujeres tiene una profunda consecuencia. Pero nos falta un poquito para que todo lo que hagamos sea para vivir plenamente”, indicó.
Al final la ponente recibió las llaves de la ciudad por parte de la alcaldesa Maki Ortiz, en reconocimiento a su trayectoria como embajadora de la buena voluntad de la Unesco.
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