Como campeones nacionales de las Ligas Pequeñas, el seleccionado mexicano partió hacia Williamsport; apenas llegó y con sus porras conquistaron el corazón de los locales. En las gradas, desde casa o algún negocio en Reynosa y el Valle de Texas, así como a través de las redes sociales, el entusiasmo y las muestras de apoyo se hicieron presentes a estos grandes campeones que por dos semanas hicieron vibrar a Reynosa.
POR GERARDO RAMOS MINOR, enviado Williamsport, PA.
ALEJANDRA ARELLANO, Reynosa, McAllen, TX.
Fotos Víctor Briones/ Viridiana Leal/ Gerardo Ramos Minor/Cortesía
Desde que salieron de Reynosa rumbo a Williamsport, los seleccionados de la Liga Treviño Kelly
para representar a México fueron despedidos con bombos y platillos;
de la misma forma que fueron recibidos desde su llegada a Monterrey
con el tercer lugar de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.
Con una contundente paliza de 14 carreras a 8, los tamaulipecos se impusieron
a la Liga North State de Greenville, Carolina del Norte.
Acompañados de sus familiares desde que partieron, durante su estancia en Pennsylvania
y a su llegada, celebraron con ellos cada uno de los partidos.
Papás, hermanos, tíos, abuelitos desafiaron el largo viaje de 33 horas para estar presentes en esa ciudad norteamericana donde apoyaron a sus hijos, quienes defendieron con honor los colores nacionales.
“La invasión tamaulipeca”, desde su arribo se robó el corazón de los locales y las porras de México en las gradas ganaron como la mejor porra, por su colorido, alegría y ser la más ruidosa en los estadios.
Envueltos en la bandera mexicana, con máscaras de luchadores y penachos
con los colores de la bandera mexicana. Con lágrimas en los ojos,
efusivas muestras de apoyo y pancartas con la frase: “That’s my kid”
se vivieron en los campos los días de la temporada de la serie de béisbol.
SORPRENDEN A SAMUEL
En un acto de generosidad, la alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz y el presidente del Sistema DIF, Carlos Peña Ortiz, hicieron posible que los abuelos del lanzador mexicano Samuel Juárez, doña María Teresa y don David tuvieran la oportunidad de viajar a Williamsport y ver en vivo la final internacional de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas contra Japón, donde su nieto estuvo en la loma un par de entradas.
La falta de recursos económicos impedía al matrimonio estar presente, pero fue posible gracias a la mediación del Periódico Hora Cero.
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