Fotos: Viridiana Leal
Las tallas extra large fueron las figuras principales de esta pasarela en donde el mensaje fue muy claro: la salud, hacer conciencia de la importancia de amarse y ver más allá de las apariencias.
Las participantes se acercaban más al prototipo del grueso de la población que a las petite, en su mayoría muy lejanas a la realidad.
Con la frase: “porque somos más que una talla” se presentó el “Fashion fest, show de la salud”, organizado por Anash Pulido; un desfile poco común en el que se invitó a los asistentes a respetar las diferencias que son las que hacen a cada persona única.
El escenario fue el teatro experimental del Centro Cultural Reynosa el 16 de diciembre a partir de las 14:00 horas.
Después de un baile a cargo de Tembleque gitano comenzó el desfile de moda en el que mujeres de todas las tallas se unieron en un acto de reflexión.
Además, se entregó un cheque por la cantidad de 30 mil pesos a la Fundación Teresita, A.C. en apoyo a su lucha contra el cáncer.
Anash Pulido aprovechó la oportunidad para despedirse con unas palabras de agradecimiento a los doctores, nutriólogos y entrenadores que fueron parte de este evento.
KILOS EMOCIONALES
Una de las razones por las que Anash decidió organizar este evento fue porque ella desde niña ha padecido obesidad, por lo que se ha sometido a numerosas dietas, medicamentos “mágicos” y hasta una cirugía de manga gástrica, pero nada le funcionó.
En muchas ocasiones llegó al hospital por problemas de salud derivados del exceso de peso. La sugerencia de los doctores era llevar un ritmo de vida diferente, motivo que la hizo deprimirse y pensar que había algo más que un desorden físico. Preocupada acudió a talleres y conferencias que le ayudarían a mejorar y encausarse, entonces se dio cuenta que su problema era emocional y que así como algunas personas desarrollan apego al alcohol, tabaco o drogas, ella lo tenía a la comida.
Al saber que lo que se estaba comiendo eran sus emociones, decidió crear un programa para brindar ayuda a las personas en su misma situación. Tocó algunas puertas para conseguir apoyo y por suerte se le unieron empresarios, entrenadores, psicólogos y nutriólogos que le ayudaron a llevar adelante el proyecto.
En respuesta a la convocatoria asistieron personas de todas las tallas, incluso muy delgadas y que trabajaban su cuerpo para marcar los músculos, menos a quienes realmente estaba dirigido el proyecto.
Su reacción fue comprender que existe la obesidad mental, porque físicamente ni siquiera tenían sobrepeso.
Al paso de tres meses una joven con obesidad mórbida la contactó. Aunque no contaba con el dinero o patrocinio de un gimnasio consiguió ayudarla.
Una segunda edición del programa: “Desde mí, para mí, por mí” consistió en ganar salud, perder peso y ser funcional, esto es, lograr un estilo de vida.
Continuó tocando puertas para poder llevarlo a cabo.
Fueron las nutriólogas Érika Sosa y Jessica Gama, la entrenadora personal Norma Cantú y el psicólogo Adrián Huerta quienes la apoyaron brindando su servicio sin costo alguno durante cinco meses.
Buscó a las candidatas personalmente y
las invitó a ser parte del proyecto, en donde el verdadero costo era su determinación para vivir.
“En este programa se les dan las herramientas para poder encausar las emociones a través de la psicología, ya que además de bajar los kilos de más se tenían que eliminar los que están en nuestra mente, después viene la nutrición y el acondicionamiento físico”, aclaró.
Tels. 929.75.85 al 87. Ext. 106