Clara Villarreal
columna
En estos días me he dado tiempo de pintar, jugar un poco con los colores y darme cuenta que la vida se parece mucho a una acuarela. Siempre empezamos con el papel en blanco, con la posibilidad de hacer trazos bellos, orgánicos, fluidos; o tal vez de explorar una idea más geométrica o quizá salirnos de cualquier molde y disfrutar explosiones de color. Podemos hacer cuanto queremos; el límite es nuestra propia imaginación y voluntad para hacer, experimentar, abrazar errores, aprender y seguir pintando.
No soy pintora profesional, pero disfruto del arte y ciertamente, de la experiencia creativa. Creo que las ideas están ahí, solo es necesario despejarnos para ver con claridad qué queremos hacer. Esto sucede delante del caballete y en la vida. De hecho, hace poco una amigo me escribió un mensaje por la mañana diciendo que todo lo que deseamos realmente ya está ahí, solo es cuestión de elegir las palabras, los sentimientos y las emociones que nos coloquen en armonía para que todo lo que anhela nuestro corazón fluya suavemente hacia nuestra vida.
Si nos tomáramos en serio las atinadas palabras que el me compartió, entonces la pregunta es: ¿qué quiero?, ¿qué es lo que verdaderamente deseo? Es una pregunta difícil porque a partir de ahí se tendrían que acomodar otra serie de preguntas, de decisiones y luego de acciones. El qué quiero, y el cómo lograrlo.
Entonces, si no hubiera imposibles, si no hubiera posibilidad de equivocarte o de que las cosas salieran mal, ¿qué te gustaría hacer?.
Quizá ya sea el momento de escribir el libro que has tenido guardado en tu interior tantos años, o tomar las clases de baile aunque sean virtuales, o lanzarse a un nuevo puesto laboral, con todo y los nervios que esto implica. Tal vez sea el momento de tener un hijo, de hacer espacio para compartir más con la familia o de disfrutar la soltería sin tanto drama. Tal vez sea el momento de jubilarte, de darte permiso de descansar después de años de trabajo y dedicarte, por fin, a saborear lo que has cosechado.
Recuerda que tú eres el artista de tu vida, no le des el pincel a nadie porque nadie podrá hacerlo mejor que tú.
Y hoy, ¿qué quieres pintar?