POR DANIELA ALBARRAN
Los mares proporcionan la mitad de nuestro oxígeno y alimento para mil millones de personas. Vamos a darles la protección que merecen. Bajo la superficie inquieta de nuestros mares, a cientos de millas de la tierra, hay un mundo de gigantes y cazadores; formas de vida antiguas y ciudades perdidas.
Estas aguas más allá de las fronteras nacionales albergan criaturas aún más variadas que en las selvas tropicales. Contienen la cordillera más alta y más larga de nuestro planeta, y trincheras lo suficientemente profundas como para sostener el Monte Everest. Son las carreteras para las ballenas, tortugas, albatros y atunes en sus migraciones a través del planeta.
Proteger estas maravillas naturales es simplemente lo correcto. Pero ésto no es solo cuestión de conciencia. Se trata de la supervivencia.
Los océanos producen la mitad de nuestro oxígeno y alimento para mil millones de personas. Y debido a que absorben enormes cantidades de dióxido de carbono, también son una de nuestras mejores defensas contra el cambio climático. Nuestro destino está ligado al destino de nuestros océanos. Si no lo logran ellos, nosotros tampoco.
PLAN DE RESCATE
Sin embargo, hay un rayo de esperanza. Los científicos han elaborado un plan de rescate para nuestros océanos, y vamos a hacer todo lo que podamos para que esto suceda. ¿Te unes?
El plan de rescate oceánico es audaz y brillante: cubriendo el planeta con santuarios marinos, y excluimos a un tercio de los océanos de la pesca, la minería y otras industrias destructivas.
Si el plan de rescate continúa será uno de los mayores esfuerzos de conservación en la historia de la humanidad, creando millones de kilómetros cuadrados de nuevas áreas protegidas.
Aquí está el problema: en este momento, no hay manera de crear nuevos santuarios fuera de las aguas nacionales de los países. No podemos proteger estas enormes áreas del océano sin un acuerdo internacional sobre cómo funcionará esta protección.
Los gobiernos han comenzado a trabajar en un Tratado de los Océanos en las Naciones Unidas, y si lo hacen bien, nos darán las herramientas que necesitamos para hacer que estos santuarios se desarrollen.
UN VIAJE ÉPICO
La altamar es uno de los lugares menos estudiados y menos regulados de la Tierra. Así que un equipo de científicos, fotógrafos y activistas emprendieron un viaje épico desde el polo norte al polo sur para documentar un año en la vida de nuestros océanos y construir el mejor caso posible para un tratado sólido de la ONU. A esta expedición fue Adriana Chow, activista mexicana y parte del equipo de Greenpeace México para alzar la voz y exigir la protección del 30% de los océanos del mundo para 2030.
El equipo en el mar necesita la mayor cantidad posible de personas en tierra para asegurarse de que sus hallazgos no puedan ser ignorados. Ayuda a Chow y a la tripulación del Esperanza a extender el mensaje ¿Te unirás a la campaña?
SANTUARIOS MARINOS
En todo el mundo, dondequiera que se cree un santuario oceánico adecuado, los resultados son espectaculares. Los hábitats se recuperan. Los peces vuelven. La vida encuentra un camino.
Pero debido a que los santuarios funcionan tan bien, las personas que se benefician con el vertido y el saqueo de nuestros mares están trabajando arduamente para diluir el tratado.
Depende de nosotros asegurarnos de que la naturaleza y la gente común tengan voz en esto también.
Cuando trabajamos juntos podemos cambiar el mundo. Desde detener la perforación petrolera de Shell en el Ártico, hasta lograr que la compañía atunera más grande del mundo limpie sus actos para las personas y el planeta.
Pero ahora es el momento de ir aún más allá . Durante el próximo año, esta misión necesitará todo el coraje, la astucia y la creatividad que podamos encontrar. Pero hoy, solo necesita tu nombre.
SÚMATE A LA CAUSA
https://www.greenpeace.org/mexico/participa/