La ‘nueva realidad’ obliga a maestros, alumnos, padres de familia y escuelas a ser participes de una educación integral de frente a la tecnología.
por redacción
Estamos viviendo una etapa de cambio, una etapa de transición debido a la pandemia del Covid-19, y la tecnología ha sido un aliado para responder y continuar con el trabajo y las actividades cotidianas. En estos momentos las clases se imparten fuera de las aulas, a distancia se conectan los profesores con sus alumnos.
Sobre el tema habla Isaías Valle Pérez, quien ha ejercido la profesión docente por aproximadamente 28 años, principalmente a nivel medio superior y superior, posteriormente a nivel posgrado tanto maestría como doctorado.
Reconoce que se atraviesa por una situación difícil en el tema de la salud pero también es un tiempo de desarrollo y crecimiento.
Con una cita de Albert Einstein menciona que en tiempos de crisis la mejor arma para salir adelante es la creatividad, y hoy es tiempo de que ésta tome protagonismo para lograr la manifestación de los aspectos positivos a los que esta pandemia nos debe de conducir.
DESARROLLO POTENCIAL
Reconoce que una de las áreas que ha sido directamente afectada, como muchas otras, es la educativa, donde tanto estudiantes como maestros se han tenido que enfrentar con el desarrollo y la integración de la tecnología en la labor cotidiana en el salón de clases o fuera de éste.
Considera que la sorpresiva noticia del coronavirus obligó a implementar nuevos esquemas metodológicos en la educación a los que no todos están habituados, lo que representa un panorama de desarrollo potencial tanto para alumnos como para maestros, pero también un esfuerzo doble por la forma en que fueron empujados a modificar sus métodos.
CULTURA DE APRENDIZAJE
Indicó que el uso de herramientas tecnológicas en la educación a distancia no es solo aprender a operarlas, implica un cambio radical en nuestra cultura de aprendizaje.
El consultor, capacitador y conferencista en el área de educación y desarrollo humano, así como de desarrollo organizacional agregó que esta nueva forma de impartir clases requiere buscar formas alternativas de hacer llegar el conocimiento y desarrollar el saber en los estudiantes, ya que no está enfrentándose solamente un proceso de aprendizaje tecnológico sin un cambio de cultura radical”, consideró.
Señaló que en el renglón educativo es necesario tener la capacidad de “vaciar” de la mente aprendizajes adquiridos para poder integrar nuevas formas, nuevos métodos que nos lleven posteriormente junto a las ya arraigadas estructuras mentales originales, a generar nuevas formas de conocimiento en el estudiante.
“Debemos tener la capacidad de desarrollar habilidades de autogestión tanto el docente como éste en el alumno. Implica un cambio cultural a partir del concepto de cultura que se define como la expresión de nuestros valores”, explica.
Reconoce que llevar a cabo este proceso es aún más complicado y más profundo de lo que pareciera ya que la tecnología puede ser para muchos la causa de enajenación de las mentes de la juventud.
Sin embargo, es solo un medio que obliga a las personas a vivir un proceso de desarrollo en el que cual los hábitos y las costumbres deben modificarse.
LA TECNOLOGÍA
En este proceso educativo, aclara, es necesario reconocer, tanto padres de familia, estudiantes y maestros que esto representa un cambio cultural integral de todos.
“En el docente implica una mayor preparación en el uso de las tecnologías, en el desarrollo de nuevas estrategias de aprendizaje en la reestructuración de sus métodos de enseñanza en el que cada esquema didáctico requiere un giro de 180 grados para ser más efectivo dentro de un plano pedagógico trascendental, para el desarrollo de los estudiantes”, señala.
Menciona que en el caso de los padres de familia deben de reconocer su papel en el proceso de aprendizaje de sus hijos, que el profesor sigue llevando el timón en el diseño de las estrategias de enseñanza, pero que es un deber de ellos reintegrarse como equipo a las labores formativas de sus hijos.
Mientras que las escuelas, asegura, deben reconocer que su esencia va más allá de los muros que limitan el acceso físico.
“…Deben abrirse a la universalidad, a las diferencias, a las competencias, al desarrollo de nuevas habilidades de autogestión, de autoconocimiento”, enfatiza.
El ex director de carrera por doce años en la Universidad Tecnológica de Tamaulipas norte, en la cual es docente y ejerce funciones de consultoría en el área de mejora continua en el Colegio Mexicano de Reynosa, refiere que se debe reconocer que el saber es dinámico, que lo importante es desarrollar saberes, propiciar los espacios y los recursos para que tanto el alumno como el maestro puedan desarrollar habilidades de búsqueda, de investigación, de cuestionamiento.
“Alcanzar mayor protagonismo en su propio aprendizaje y que el profesor se convierta en una guía, en un diseñador de ambientes de aprendizaje donde el alumno pueda descubrir y desarrollar las diferentes habilidades de orden superior que en la actualidad son requeridas.
PROCESO DE ADAPTACIÓN
Representa un cambio cultural, en la forma de ver las cosas, en la expresión de los propios valores.
Desarrollar habilidades de autocontrol.
Aprender a establecer tiempos, tiempo de recreación con los hijos.
Aprender a seleccionar la información adecuada y conveniente.
Selección de programaciones adecuadas.
Tiempo de unión familiar para disfrutar de la programación y la cooperación en las actividades de aprendizaje y conocimiento mutuo.
Educar en el análisis la información que se presenta y que llevará a los hijos, estudiantes, niños y jóvenes a la toma de decisiones equivocadas si no lo hace de forma correcta.
“Se dice que en el aprendizaje lo más complicado no es aprender lo nuevo sino desaprender lo añejo. Dicta el proverbio que para llenar nuestras ollas de aceite es necesario que primeramente estén vacías”.